Así, el espacio expositivo gana 353 metros cuadrados para acoger la sección de azulejería de Talavera. La inversión ha sido de más de 380.00 euros.
Javier Fernández | Miércoles 23 de abril de 2014
Este lunes quedó inaugurada la ampliación del Museo de Cerámica Ruiz de Luna, un complejo al que se une la antigua iglesia de San Agustín el Viejo ‘Liceo’ y que albergará la sección dedicada a la producción de azulejería de Talavera. El templo eclesiástico fue cedido al Estado como ampliación del Museo de Cerámica y supone otros 353 metros cuadrados expositivos gracias a la inversión de 382.108 euros que ha realizado el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes entre los años 2004 y 2012, aunque también han colaborado la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento.
En el acto estuvieron presentes el alcalde, Gonzalo Lago; el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Marcial Marín; el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador; el subdelegado del Gobierno en Toledo, José Julián Gregorio; la delegada de la Junta en Talavera, Marisol Luqui; la senadora Carmen Riolobos o el director del museo, Alfonso Caballero.
Lago se mostró orgulloso de que la cerámica local este distribuida por todo el mundo, como en el Palacio de El Escorial o en el metro de Buenos Aires. De la misma forma, aprovechó el acto para anunciar que, en breve, el Ayuntamiento reconocerá al ceramista Enrique Guijo con una calle en Talavera, personaje que con Ruiz de Luna continuó con la cerámica del siglo XVI y XVII.
Las colecciones de azulejería expuestas completan el discurso del Museo de Cerámica Ruiz de Luna centrado en la exhibición de lozas de las principales series cerámicas talaveranas desde el siglo XVI al XX. En el Liceo ya se exhiben paneles y placas de azulejos que pertenecían a retablos, arrimaderos y revestimientos de estancias. Muchas de estas piezas se han restaurado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), que permite que se puedan admirar, entre otras, el Peinador de Velada, los arrimaderos del Caserío de Vicuña, la fachada de la fábrica, el Panel de la Anunciación o el Frontal de la Crucifixión.
El orgullo de los nietos de Juan Ruiz de Luna, Pedro Pablo y Pilar, en el museo
Visiblemente emocionados y muy contentos con el resultado se mostraron los nietos del ilustre ceramista Juan Ruiz de Luna, Pedro Pablo y Pilar García del Pino Ruiz de Luna, recordando como “a las espaldas del museo está la entrada a la antigua casa de mis abuelos”. Ambos eran muy pequeños cuando el museo cerró, aunque allí transcurrió su infancia. “Lo llamábamos la fábrica de cerámica, allí nos criamos en medio de aquel ambiente artístico, entre pintores y escultores”, recordó Pilar. Los dos reconocieron que la obra está muy bien escogida y reflejada, mientras señalaron una vasija que su madre dejó en el testamento y que han cedido al museo. Entre anécdotas, Pilar comentó que cuando murió su abuelo sonó por toda la fábrica música de Beethoveen, la gran pasión de Ruiz de Luna. Actualmente, una sobrina de ambos, Mónica, está al frente del taller de cerámica San Ginés.
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