OPINIÓN EN LIBERTAD
Carlos Granda | Miércoles 23 de abril de 2014
En poco más de un interminable y tortuoso lustro la salud de los bancos otrora de hierro ha languidecido hasta cotas inusitadas, la burbuja inmobiliaria explotó en nuestras caras y las cifras de desempleo [...]
[...] emprendieron una subida firme y desorbitada de la que, todavía hoy, desconocemos su techo. Pero, amén de las penurias y dramas varios que nos ha traído este oscuro periodo que no cesa, la crisis ha resultado única para desnudar y sacar a la luz una cantidad ingente de irregularidades a todas las escalas que, de otra manera, seguirían instaladas en la trastienda.
Ahora que salen papeles de todos los rincones y los números aparecen desajustados entre trapos sucios de debajo de las piedras, parece que nuestros políticos locales se han apuntado a la moda de mostrar escritos para defender o reprochar unas cuentas municipales que, desde hace tiempo, no cuadran.
Ni los que gobiernan ahora ni los que antes lo hacían se ponen de acuerdo en las dimensiones del agujero de nuestras arcas y, entre constantes cruces de acusaciones, cada semana salen a la luz deudas varias y aparecen nuevas facturas en los cajones. Papeles y más papeles desfilan cada vez con mayor asiduidad en las ruedas de prensa como supuestas pruebas para arrojar luz sobre temas variados que mantienen en pie de guerra a Gobierno y oposición.
La deuda que la Junta mantiene con el Ayuntamiento es uno de los puntos en los que ambas formaciones no consiguen coincidir y mientras los socialistas la cifran en 7 millones los 'populares' la sitúan en 6. Millón de euros arriba o abajo, vamos. Desgobiernos denunciados por unos y herencias recibidas por los otros levantan una frondosa arboleda que impide a los talaveranos ver con claridad el bosque.