Tomás Rufo volvió a demostrar ayer su portencial y valía en Almodóvar del Campo (Ciudad Real). El torero de Pepino terminó la faena con dos orejas y ovación con saludos tras petición y bronca al palco en una plaza de toros casi llena, donde se guardó un minuto de silencio en memoria del taurino vecino de Almodóvar del Campo Manolo Gijón.
Además, Rufo salió una vez más por la puerta grande, al igual que su compañero, Diego Ventura.
El de Pepino toreó al tercer y al sexto toro de la tarde. Al tercero, un animal de extraordinaria nobleza de Román Sorando, lo toreó con gusto y variedad con la seda y, tras brindar al respetable, comenzó su faena de muleta de rodillas para después gustarse en series por ambos pitones, alargando mucho la embestida del colorado en trasteo de mucho temple y sabio manejo de distancias y terrenos. Dos orejas con mucha fuerza.
Noble pero sosa la condición del sexto de Juan Pedro Domecq con el que Tomás Rufo lo intentó todo, en una faena larga y afanosa rematada de una media estocada arriba que dio paso a una petición de trofeo no atendida por el presidente.
Almodóvar del Campo (Ciudad Real) Segunda de feria. Más de tres cuadros de entrada. Dos toros de rejones de Hermanos Serrano, otros dos de Román Sorando, tercero y quinto, y dos de Juan Pedro Domecq, segundo bis y sexto. Nobles y al límite de raza en general, destacando segundo y tercero.
Diego Ventura, ovación tras petición y dos orejas y rabo; Pablo Aguado, ovación tras petición y una orejas; Tomás Rufo, dos orejas y ovación tras petición.