TALAVERA
Hasta la fecha, se han esclarecido en torno a diez robos con fuerza, en los que se han intervenido numerosos objetos
David Martínez | Miércoles 23 de abril de 2014
Un ciudadano extranjero, que regentaba un locutorio en Talavera, fue detenido por la Policía Nacional como autor de un presunto delito de receptación. A raíz de la detención de una persona por un robo con fuerza en el interior de un vehículo, cuyos objetos sustraídos fueron luego vendidos en un locutorio, la autoridad policial comenzó una investigación para determinar si se trataba de un hecho puntual o si, por el contrario, en ese establecimiento se estaba comerciando de forma habitual y consciente con efectos que tenían un origen ilícito.
Las múltiples pesquisas y gestiones realizadas, confirmaron las sospechas de los investigadores, que después de obtener suficientes indicios de que en ese local se estaba comerciando con objetos procedentes de robos en parcelas y vehículos, solicitaron la pertinente autorización judicial para llevar a cabo un registro. Éste arrojó resultados aún mayor de los esperados, interviniéndose numerosos efectos que provenían de hechos delictivos. El regente del locutorio, de origen rumano, fue detenido por un presunto delito de receptación.
Hasta el momento, se han conocido diez robos con fuerza, cuyos perjudicados han reconocido como propios los efectos intervenidos en el registro, aunque siguen las gestiones para encontrar el origen de la totalidad del material. Así, la Policía Nacional de Talavera pide a los propietarios de parcelas que hayan sufrido un robo, que en las dependencias del Grupo-I de Policía Judicial hay una exposición para que puedan ser reconocidos estos artículos.
El detenido es C.A., varón rumano de 36 años y sin antecedentes. Entre los efectos intervenidos se encuentran: varios subwoofer, radiales, herramientas, joyas, un ordenador portátil, una escopeta y una pistola de aire comprimido, un microscopio, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos, dos módems, material fotográfico o una lijadora y una caladora.
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