Felipe Medina | Miércoles 23 de abril de 2014
Es del todo innegable e indiscutible que, la escoria de España se llama clase política. Una fauna difícilmente comparable con otros sectores de la sociedad.
Entre otras cosas, no están para servir al ciudadanos que, es el cometido esencial y primordial de cualquier político, sino para servirse a ellos mismos en su complicidad sectaria y exclusivismo repugnante. Sin embargo, más grave aún es, los ciudadanos que apoyan con su voto a estos corruptos que reinciden una y otra vez en la estafa, en la mentira el abuso, atropello, y deleznables actitudes. España se desangra por todos lo frentes posibles por culpa de esta panda de impresentables, a los que urgentemente habría que expulsar y encarcelar, por delincuentes, ladrones y asaltadores de los derechos más elementales de la sociedad civil, de la estabilidad y felicidad de las personas.
Hasta que los ciudadanos españoles no se convenzan de que la clase política es la escoria de la nación y que sin ningún género de dudas, lo peor de la sociedad ha tomado el poder, los problemas que envuelven y destruyen el país no podrán corregirse. El primer paso para vencer a la enfermedad es reconocerla y, por desgracia, España no ha reconocido todavía que los políticos son el cáncer que la destruye y que a estas alturas, ha generado en una metástasis totalmente agónica e insufrible. Millones de españoles idiotizados, sin iniciativa ni conciencia de la cruda realidad, acuden a las urnas para votar a unos individuos que no solo no merecen gobernar sino que ni siquiera son merecedores de respeto.
Para convencerse de que los políticos son la escoria de España, solo basta echar un vistazo a los medios de comunicación: ministros y miles de cargos públicos corruptos, dirigentes pendencieros que se pelean en las Cortes, sueldos ocultos y patrimonios fantasmas, degeneración por todas partes, resistencia a dimitir, mentiras, espionaje sucio entre partidos, comisiones ilegales y un larguísimo etcétera que asombra y sobrecoge por la maldad concentrada en las filas del poder político y llega hasta las mismísima Casa Real. Y hay que tener en cuenta que, los medios de comunicación, solo muestran un pequeño pedazo de un inmenso iceberg.
Por culpa de la casta política, no nos puede ir peor. Si no, tengamos en cuenta unas muestras de nuestra desgraciada realidad: nuestro país ocupa los primeros puestos a nivel internacional en tráfico y consumo de droga, blanqueo de dinero, trata de blancas, fracaso escolar, baja calidad de la enseñanza, acogida de mafias, población encarcelada, desprestigio de la clase política, desempleo masivo, avance de la pobreza y un larguísimo etcétera de vergüenzas, bajezas y miserias, alcanzadas gracias al liderazgo nefasto de una de las peores y mas corruptas clases políticas del planeta.
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