Las primeras semanas del verano 2022 están siendo protagonizadas por una ola de calor que ha dejado temperaturas por encima de los 40 grados a la sombra en gran parte del país.
Una situación de riesgo para ciertos colectivos como niños y mayores, pero también para personas con diabetes. Para estos casos, teniendo en cuenta la existencia de un mayor riesgo derivado de su condición, los expertos enumeran unos consejos fundamentales para disfrutar de estos meses y aprovechar los días más largos del año.
Según indican los especialistas de la compañía tecnológica española, Sendo Diabetes, siguiendo un listado de consejos, cualquier persona puede convivir en este caluroso verano con la diabetes con facilidad e incluir el ejercicio en su rutina. Para ello, a través de la plataforma que la firma ha desarrollado, los expertos acercan una guía que facilita el día a día de los más de cinco millones de españoles con diabetes, que muchas veces no pueden desconectar como el resto de la población.
Sendo Diabetes ha desarrollado la primera app que combina el control nutricional y la actividad física de las personas con diabetes. Por medio de su inteligencia artificial, la plataforma elabora planes específicos para cada paciente dado de alta. Un proyecto beneficioso tanto para pacientes como para médicos, que facilita la relación de los usuarios con profesionales de la salud, nutricionistas y preparadores que colaboran con la app y que nos ofrecen los siguientes sencillos consejos:
El primer factor clave que deben tener en cuenta las personas con diabetes es el de la hidratación. Las personas con diabetes tienden a una mayor deshidratación cuando la glucosa se acumula en la sangre, lo que provoca más ganas de orinar y una mayor sensación de sed. Por ello, cuando las temperaturas aumentan y la deshidratación es mayor, el grupo de diabéticos debe extremar las precauciones y beber más líquidos.
Los expertos defienden una hidratación constante similar al resto de personas. Pero también destacan la necesidad de que se adelanten a la aparición de síntomas o a tener sed. Aunque no se tenga este tipo de sensación, es recomendable y beneficioso seguir bebiendo agua para anticiparse a los problemas. La cifra de 2 litros diarios es la que fijan como mínimo recomendable los profesionales de la salud de Sendo Diabetes.
Además, se debe tener en cuenta la diferenciación a la hora de consumir bebidas isotónicas. Estas contienen más azucares, pero son recomendables para aquellas personas que hayan realizado un ejercicio físico continuado y de gran desgaste. Si por el contrario el ejercicio realizado ha sido más suave y de menos tiempo, lo recomendable para no alterar los niveles de glucosa es hidratarse con el agua.
La hidratación continua va ligada a la prevención de riesgos en las horas de mayor temperatura. Es fundamental evitar exponerse al calor en los momentos de mayor impacto térmico, pues de hacerlo, es más fácil sufrir un episodio de deshidratación y, por lo tanto, también un posible golpe de calor que en lo que va de verano ya ha provocado numerosos fallecidos.
Igualmente, es fundamental usar protección solar correctamente. El cuidado de la piel es clave, sin olvidar que los rayos UV también generan efectos adversos en las horas donde el sol tiene menos impacto. Por ello, partiendo de que las personas con diabetes acostumbran a tener una piel más sensible por la sequedad, es necesario aplicar la protección solar indicada para evitar cualquier tipo de herida o lesión.
Las vacaciones suelen ser un momento para ser menos estrictos con la dieta a seguir. En el caso de las personas con diabetes, la situación es algo diferente. Si bien hay quien se permite algún que otro capricho, es necesario tener en cuenta que se debe seguir un buen control de los alimentos ingeridos. Y siempre evitando ayunos de más de 7 horas.
Además, se debe reforzar el control de la glucosa al cambiar de rutina durante las vacaciones. Según los expertos de Sendo Diabetes, “es importante repartir las ingestas diarias”. La recomendación es “medir la glucemia al menos cinco veces al día para ajustarse a nuestro ritmo”. Es decir, tanto antes como después de las comidas, antes y después de los entrenamientos y nada más despertarnos y antes de dormirnos. Por medio de esta medición, el paciente puede hacerse un esquema mental de cómo funciona su cuerpo para reducir el riesgo de sufrir hipoglucemias o hiperglucemias.
De igual manera, hay que tener en cuenta que el calor no solo afecta a las personas, sino también a los alimentos y a los medicamentos. Las altas temperaturas obligan a cuidar más intensamente la insulina. Lo recomendable siempre suele ser tenerlas en temperaturas entre 4 y 8 grados aproximadamente. Es decir, en el interior de la nevera pero sin someter el producto al riesgo de que se congele, puesto que se perderían sus propiedades.
Pese a ello, en el caso de la insulina utilizada normalmente, se puede mantener en temperaturas entre 14 y 29 grados aproximadamente, sin llegar nunca a los 30 puesto que el sol y el calor afectarían a sus cualidades. Por lo tanto, ni el calor ni el sol en exceso son buenos para una óptima conservación de la insulina.
Las personas con diabetes están capacitadas para realizar actividad física en cualquier momento del año. Pero en verano, donde las altas temperaturas suelen implicar un mayor esfuerzo, deben ser precavidos. Esta situación, sin embargo, se puede controlar a la perfección midiendo bien los esfuerzos realizados y manteniendo una buena nutrición, como indican desde Sendo Diabetes.
Uno de los aspectos que pasa más desapercibido es el de la ropa. Invertir en una equipación deportiva correcta ayuda a la salud en tanto en cuanto reduce el riesgo de lesiones, favorece la transpiración del cuerpo y nos ayuda a evitar los efectos adversos del calor. Sin ir más lejos, una camiseta del tejido adecuado evita rozaduras y heridas. También se reduce el calor corporal y, por lo tanto, el riesgo de un golpe de calor o de deshidratación.
El verano, pese a ser una época de relajación y descanso, muchas veces va acompañado de un mayor desgaste físico. Pasamos más horas en el mar o en la piscina, realizamos más paseos durante las jornadas turísticas o jugamos a cualquier deporte con amigos y familia cuando hay un momento. Un cúmulo de situaciones que varían los niveles de glucosa de nuestro cuerpo, obligando a controlar de forma periódica estas cifras para cuidar los esfuerzos.
Según indican desde Sendo, es importante seguir varias premisas como, por ejemplo, alternar los ritmos de esfuerzo combinando periodos a mayor intensidad y otros más relajados. También aconsejan realizar la programación de actividades propuesta, aunque en algún momento requiera reducir algo la duración de las sesiones por falta de tiempo. Además, conviene levantarse o cambiar de posición cada cierto tiempo para evitar estar más de 30 minutos seguidos sentados o tumbados, lo que favorece a la musculatura y evita alteraciones posteriores.
Las altas temperaturas pueden ser peligrosas para este colectivo pero simplemente siguiendo estos consejos que enumeran los expertos de Sendo Diabetes, cualquier persona estará preparada para surfear las olas de calor y poder disfrutar de un excelente verano.