Crece la preocupación en España. A lo largo de las últimas semanas se han sucedido los casos de mujeres que han denunciado haber sido víctimas de "un pinchazo" en ataques por sumisión química.
El Ministerio del Interior ya ha notificado 162 infracciones penales por agresiones sexuales bajo sumisión química en los últimos tres años.
Los ataques suelen producirse durante la noche, mientras las víctimas se encuentran de fiesta. La táctica del pinchazo no solo se utiliza para abusar sexualmente de las víctimas, ya que también juegan un gran papel en delitos de robo.
La sumisión química es una práctica que va en aumento y que preocupa cada vez más en España, a raíz de los últimos casos denunciados. Los primeros casos por pinchazos en nuestro país se dieron durante San Fermín, cuatro mujeres acudieron a los servicios de emergencia indicando haber sufrido pinchazos de personas desconocidas, sintiéndose mareadas y con sensación de pérdida de conocimiento. Inmediatamente, se activó el protocolo de sumisión química.
Durante todo el mes de julio, los pinchazos se han repetido en diferentes puntos de España. Las autoridades ya han confirmado numerosos casos en Cataluña, Navarra, Madrid, Canarias, Baleares, Andalucía y País Vasco.
El Gobierno de Castilla-La Mancha no tiene información”fehaciente” de que se hayan registrados casos de agresiones sexuales por pinchazos o por “sumisión química” en nuestra región. “La delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha no nos ha hecho llegar una comunicación oficial sobre sí se han producido este tipo de agresiones tan lamentables”, ha explicado en rueda de prensa la consejera de Igualdad, Blanca Fernández.
Unos hechos que ha calificado de "lamentables" y que ha asegurado que están en investigación en otras partes del país, apuntando que al Ejecutivo castellanomanchego le preocupa "mucho" que esto se pueda poner de moda.
La sumisión química se define como la administración de una sustancia con efectos psicoactivos a una persona sin su consentimiento ni conocimiento con el objetivo de modificar su estado de conciencia y anular su voluntad (en la mayoría de los casos, alcohol).
Según los expertos, suelen utilizar cualquier sustancia que deprima el sistema nervioso central, altera el nivel de conciencia y deja a la víctima sin voluntad y sin capacidad de respuesta. Son sustancias de acción rápida y corta duración.
Equipo Ágora señala que las sustancias que se aplican habitualmente son benzodiazepinas ( con efectos sedantes, hipnóticos y amnésicos), GHB (una sustancia que en exceso puede provocar pérdida de consciencia) y ketamina, un anestésico que produce una gran somnolencia y que desaparece rápidamente de la sangre. “Hay que pedir un análisis de este tipo de sustancias”, señalan.
Los síntomas principales son: mareo, pérdida de visión, adormecimiento en las extremidades, incapacidad de hablar o sensación de cansancio.
En caso de notar un pinchazo hay que prestar atención a posibles mareos o síntomas que permitan prever una hipotética pérdida de conciencia. Además, no hay que quedarse solo. Hay que avisar a los responsables del local y llamar al 112 en caso de emergencia sanitaria o policial.
A partir de ahí, acudir a Urgencias para que quede constancia del episodio, además de presentar la correspondiente denuncia.