El incendio declarado en la tarde de este lunes en el término municipal de Ladrillar, en la comarca cacereña de Las Hurdes, continúa con una evolución desfavorable y sin control. El fuego ya ha quemado unas 2.500 hectáreas en la provincia y otras 100 en Salamanca.
Cabe destacar que la complicada orografía del incendio, por su altura y difícil acceso, impide la participación de los medios terrestres en la zona del fuego.
Aunque el incendio afecta a dos comunidades autónomas, se va a instalar un mando unificado que tendrá un único plan de operaciones, instalado en el municipio cacereño de Vegas de Coria.
En total, cerca de 300 profesionales y 17 medios aéreos, están trabajando en este incendio, en el que arde pinar y matorral, recursos tantos de la Junta de Extremadura y de Castilla y León.
También están colaborando efectivos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, la Unidad Militar de Emergencias (UME) con 50 efectivos trabajando en estos momentos, y cuenta con otros 50 para el refuerzo; así como la Brif, Cruz Roja, Sepei y Guardia Civil.
Hasta el momento han sido evacuados de forma preventiva varios núcleos poblacionales de la comarca de Las Hurdes, como son Batuequilla, La Horcajada, Aceitunilla, Ladrillar y Cabezo, en total más de cien personas que han sido trasladadas a instalaciones municipales y un hostal de Montehermoso.
Las autoridades de la comarca cacereña afirman que “es un incendio largo, queda tiempo para que la gente evacuada pueda volver a sus casas”.
La Junta de Extremadura trabaja con la hipótesis de que un rayo ocasionara el incendio en Las Hurdes. Según el director general de Política Forestal, Pedro Muñoz, subraya que el rayo cayó en una zona de mucho combustible, lo que unido al viento provocado por la tormenta, favoreció a que las llamas se extendieran con rapidez, según ha explicado en declaraciones en Canal Extremadura Radio, recogidas por Europa Press.