Alberto Retana | Miércoles 23 de abril de 2014
Lleno de gozo volvía el Alcalde de Talavera, Gonzalo Lago, de su visita al Ministerio de Fomento –escoltado por la senadora Riolobos, el delegado Gregorio y la concejala Rodríguez– por la predisposición de la institución que comanda Ana Pastor a facilitar las comunicaciones de la Ciudad de la Cerámica y, por fin, ‘ponerla en el mapa’.
Realmente, la reunión se produjo con el director general de Ferrocarriles, Manuel Niño, que se comprometió a realizar un borrador de cara a conocer las necesidades reales de industrias interesadas en la futura plataforma logística intermodal que pueda proporcionar a Talavera ese punto necesario como ‘parada y fonda’ de las mercancías que se deben mover desde Lisboa hasta Madrid.
No sé si ésta será la buena, porque el anterior gobierno municipal de José Francisco Rivas ya presentó sus credenciales para llevar a efecto un proyectos que se quedó en agua de borrajas. Ahora los nuevos regidores talaveranos apuntar alto en sus pretensiones para que aquí lleguen las industrias necesarias de almacenaje y logística que den trabajo y proporcionen riqueza a las muy mermadas familias de la zona. Todo nuestro apoyo para estas medidas que no deben dilatarse ni un minuto pero también toda la firmeza para que no se queden en promesas y llenen los cajones de olvido de ningún Ministerio ni Consejería.
Por su parte, la noticia de la instalación de Eurovegas en el Corredor de la A-5, junto a Alcorcón, no puede ser sino una excelente noticia, le pese a quien le pese. Porque claro que proporcionará bullicio, posiblemente aumento de delincuencia y nos acercará a los peligros del juego pero, si lo hubieran puesto en Benidorm, en Cádiz o en Bilbao estaríamos penando por cada esquina diciendo que otra vez se nos obvia. Aprovechemos la ocasión y llamemos a todas las puertas para poder sacar beneficio de ello. Lo demás estará en el conocimiento de cada uno para saber gobernarse como adultos que somos.
Solamente la posibilidad de crecimiento en infraestructuras y el acercamiento a Madrid con todo lo que ello implica debe ser suficiente acicate como para apretar los dientes y buscar el sustento donde lo haya. Esperar que vengan a traernos los euros a casa ha pasado de moda. Nadie regala ya nada.
Noticias relacionadas