Anochecía en Toledo. Cientos de personas se reunían, curiosamente, en un lugar de la capital junto a una señal que rezaba: ‘CM-4000 Talavera de la Reina’. Las dos ciudades más importantes de la provincia a los pies de una persona que se ha volcado con ellas durante, al menos, dos décadas.
Era el Cigarral del Custodio donde Angel, Nicolás, recibía un merecido homenaje de empresarios, políticos, amigos y familiares por 21 años de desgaste voluntario, de brega al frente de la Federación Empresarial Toledana, de ser su presidente.
Lágrimas, abrazos, besos, palabras de reconocimiento, mucha emoción y, sobre todo ello, la sinceridad de muchos de los asistentes por encima del postureo de unos pocos que sólo buscaban la foto.
Os habéis equivocado conmigo. Os habéis equivocado de persona. Hasta cinco veces lo llegó a repetir Ángel Nicolás García en su discurso cuando ya habían pasado por el atril Javier de Antonio, Humberto Carrasco, Antonio Garamendi, Manuel Madruga y Emiliano García-Page.
Era su forma de mostrar el agradecimiento a multitud de emociones reunidas en esa velada pero que también recordaban a mil sinsabores y otras cuantas alegrías en su periplo como destacado dirigente empresarial al frente de FEDETO.
Personalmente puedo decirles que Angel es mi amigo, no seré objetivo si hablo de su persona, pero siempre me referiré a él con dos certeras palabras: honesto y valiente. Así es para mí. Nunca deja de hacerle frente a los problemas mientras abre sinceramente el corazón y las manos a quien le pide ayuda.
No le podemos echar de menos porque no se ha ido. Da un paso al lado pero su sangre de empresario le sigue circulando como el primer día y el gusanillo de la negociación continuará llenando su alforja a diario. Lo que sí ocurre es que ahora tendrá más tiempo para dedicar a los cercanos. Gracias, Angel, por tanto.