Sigue girando la rueda electoral con las elecciones autonómicas en Andalucía y ahora toca intentar sacar alguna conclusión de lo que ha pasado en otra región vecina para ver cómo nos puede afectar.
Mi conclusión es clara: gana el bipartidismo, el resto pierde.
Evidentemente todo el mundo, salvo C’s, hablará de algún tipo de victoria, sin embargo, lo más relevante es que el bloque PP-PSOE sube del 49% de los votos al 67%.
Hay más lecturas que hacer, desde luego, como la de que la desunión de la izquierda penaliza o la de que la única candidatura de la España Vaciada (Jaén Merece Más) no consigue representación, incluso la de que la derecha más retrógrada se vuelve irrelevante, pero sigue con su altavoz. El caso es que, en unas elecciones con una participación algo mayor y una abstención algo menor que las anteriores, el bipartidismo vuelve a campar a sus anchas con una mayoría absoluta.
Se puede vestir como se quiera, pero las andaluzas se han refugiado en lo de siempre. Les hagan lo que les hagan, a la hora de votar siguen prefiriendo lo malo conocido. Y como ellas el resto del país.
Y es que cuesta mucho salir de ahí cuando hay tanto poder en juego para la minoría que nos dirige. Son muchos años de trabajo en la sombra para garantizarse su parte del pastel que no van a permitir que nadie se lo arrebate. Ya se encargan ellos de meternos hasta en la sopa qué candidaturas son las más convenientes y cuáles no. Qué partidos merecen salir en portada de sus medios de comunicación y cuáles se deben obviar hasta en las encuestas. Así es normal que la candidatura más mediática sea la que mejores resultados obtenga. Al final, esta política, se convierte en un partido de fútbol más. Triste, pero cierto.
El mensaje poco importa si constantemente somos bombardeadas con divisorias consignas cargadas de odio y carentes de derechos sociales.
Entonces, ¿qué pasará aquí?
Pues poco cambia en lo que venimos observando, la verdad. La segura desaparición de C’s mandará sus votos al binomio PP-PSOE e irrumpirá la derecha retrógrada porque todavía no lo ha hecho aquí. Me temo que las candidaturas de la España Vaciada aquí tampoco tendrán representación, por lo del refugio en el bipartidismo, y sea cual sea la alternativa de izquierdas que presente Yolanda Díaz no conseguirá representación en Castilla-La Mancha.
La gran incógnita será ver si le continúa sirviendo el recorte de Cospedal en el número de diputados a Page o si volveremos a tener un gobierno de retroceso para la región.
Lo que está claro es que los grandes partidos ganan, para mayor alegría de quienes les pusieron ahí, y la gran mayoría perdemos porque se perpetúan las políticas capitalistas que nos matan y que matan al planeta.