OPINIÓN

El Tajo y los fariseos

CARTA DEL DIRECTOR (AUDIO)

Escrita por Alberto Retana, director de La Voz del Tajo

Alberto Retana | Viernes 06 de mayo de 2022

Desde la creación del mundo
nuestros campos alegraba,
el caudal del río Tajo,
el más famoso de España…
Pero hace ya algunos años,
sus aguas que son sagradas,
se escapan por cauce ajeno
a regar tierras extrañas.

Así comienza el Romance Triste del Río Tajo de mi querido amigo José María Gómez y que recomiendo busquen en internet para comprobar sus verdades. Una semana la vivida que ha sido más que determinante para el trasvase pues lo ha puesto en el punto de mira.

Si el espacio fuera infinito me permitiría mostrarles muchas de las portadas que hemos publicado en La Voz del Tajo acerca del Trasvase al Segura, pero hoy les daré mi opinión sobre el asunto.

43 nefastos años se han cumplido de la llegada de las primeras aguas a Levante provocando riqueza en producción agrícola y turismo para la zona costera. Pero aquí… ¿aquí qué hemos sacado en claro? NADA.

Al contrario, sufrir las peores consecuencias de la pertinaz sequía. Cada verano se ahoga el cauce del Tajo y por el trasvase no vemos nada más que mierda en su devenir por las tierras de Aranjuez, Toledo, Talavera…

Al padre Tajo lo han esquilmado desde hace 40 años y ha tenido que ser Europa y la Justicia quienes muestren a las claras la tropelía que se lleva cometiendo con mi tierra. Y digo mi tierra porque yo soy de aquí y me duele que la maltraten, porque también maltratan a los míos.

Quizá a algunos no les duela tanto y andan haciendo el avestruz, con la cabeza en un agujero para que nadie les pueda ni mirar a la cara.

Algunos que pretenden gobernar esta tierra pero que ahora callan. Otros dan la cara y defienden nuestro derecho al agua mientras que esos fariseos se esconden para no molestar a su jefa del pasado, la dama del memorandum.

No va de partidos, va de agua señores. En Levante van todos a una para seguir chupando de la tubería. Aquí no. Aquí algunos se ponen de perfil, si es que se ponen.

Y acabo como empezaba, con las últimas palabras del romance triste del río Tajo que en boca de José María Gómez suenan así… “que se cierren las compuertas y que el Tajo no se vaya”.

Les doy mi opinión: AMÉN.

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