No sé si esta generación de futbolistas con ADN talaverano puro en sus genes habrá sido una de las mejores de su historia. Las crónicas de prensa, al menos, hablan maravillas de quienes hace 35 años marcaron toda una época con la camiseta del Talavera CF, la Peña At. Bilbao o nuestro fútbol sala aquél de la más que conocida -y seguida- Fila3 de La Voz del Tajo.
Bajo la maestra batuta de Pedro Adrado, bien secundado en las tareas de intendencia por Paco Perales y Marcos, el viernes 22 de abril -en plena semana de Mondas- realizaban una cena de hermandad para recordar el pasado, y saber del presente de cada uno de los asistentes.
(No faltaron las cervezas previas al reencuentro; algunos ni se conocían de cómo habían cambiado)
Las cervezas previas, el menú -del que nadie se quejó- en el Perales, las tertulias para recodar y la marcheta nocturna de después, ya están ancladas en la memoria y el corazón de este grupo de AMIGOS, que se han propuesto repetirla al menos una vez al año.
(Ayer y hoy. Mimi, Garza y Panchi)
Fernando Retamal de Fernando, Miguel Martínez “Betis”, Francisco Sánchez Gil -Paco Pepino acompañados por la “presi”, insustituible para él y los demás, Santa-, Pepe Fuentes o Emilio Jiménez y Alberto Retana -plumas que reflejaron sus heroícas gestas en aquella añorada época- fueron testigos del sentimiento de cariño mostrado por todos los presentes hacia los ausentes -seguro que lo disfrutaron tanto como ellos desde el paraninfo donde estén- como Pablo Mela o Diego Mateo “Zarra”.
(Imagen para el recuerdo: Santa, la mujer de Paco Sánchez Gil, entre Garza y Mimi)
Junto a los mencionados, Lagarto Loren, Jesús Rodrigo, Garza, Mimi, Javi Valero, Vidal, Villa, Julián, Naharro, Fernandito, Chorri, Ángel Higueras, Ernesto, Goico, Pablo, Sánchez y Pitu Rosado testimoniaron que lo más grande del ser humano sigue stando en conservar la AMISTAD. Y así lo trasmitieron en su grupo de WatsApp -desde que crearon el grupo- en los días previos como en los posteriores. Y hubo ausencias, ¡claro!, por diferentes cuestiones como las de Manuel Hernández, Ángel Martín o Ignacio Rodríguez, Igroso, entre otras varias. Pero este último ha querido contribuir a la causa y nos ha dejado un romance escrito para la ocasión que aquí les dejamos a todos ustedes para su disfrute.
(El Talavera juvenil con muchos de los asistentes a la cena de hermandad)
Viernes veintidós de abril
de la Semana de Gloria.
Y así se escribe la Historia
que quedará en mi perfil
y conozco de memoria.
Se han juntado a recordar
del pasado unos amigos
del fútbol talaverano.
Con ellos quiere brindar
-se jodan los enemigos-
este vate Ciego anciano.
Lo siento no podré estar
por cumplir otros “castigos”
impuestos este verano.
Pero os quiero recodar
-nuestra prensa de testigos-
y uno de ellos, muy cercano.
Quisisteis ser futbolistas
-algunos lo consiguieron-
enfundando las casacas
blanquiazules, prudencistas;
coloradas, rojiblancas,
moradas, negras o blancas.
En prensa de Talavera
vuestras gestas escribieron
con pasión los periodistas.
Tanto en casa como fuera.
¡Qué gran hornada, señores;
buena de principio al fin!
Lástima que en Chamartín
no vieran a jugadores:
el Rosado, Ángel Martín.
Ni tampoco a entrenadores
del talante tan especial,
que ante ellos, sí, yo me inclino:
Pepe Fuentes, Retamal
y mi adorable Pepino.
Son estos versos de Igroso
“pa” acompañar vuestra cena;
al no estar noto una pena
que me podría quitar
viendo driblar a Escobar,
marcar a Pablo Barroso.
Las correrías por banda
de “bicho” Loren Lagarto.
Aquellos saltos mortales
-para despejar balones-
de don Francisco Perales
o Chino. ¡Con dos cojones!
¡Qué buenísimos los mimbres
para tan enorme cesto!
¡Qué cosechón de buen trigo
con los centros del Ernesto,
los remates de Rodrigo!
¡Qué grandilocuentes timbres
-y yo me refiero al sello-
si siendo a balón parado
lo acaricia Pedro Adrado;
se me erizaba hasta el bello!
Con aquel Prado de tierra,
si hubiera sido el que es hoy
-que es un hermoso tapiz-
aquesta hornada “gamberra”
hubiese visto a otro Ortiz
saliendo desmonterado.
Y otro tanto a Fernandito,
él siempre tan calladito
Y de igual modo Collado.
Ni puedo parar ni quiero
sin mencionar a un chaval
que de forma magistral
llegaba de Gamonal…
¡Era el gran Javi Valero!
Sigue mi rimar, mi verso
y vuelvo de nuevo al grano
sin pedir al olmo peras.
¡Qué me dicen del Higueras,
de Vidal, de Bejarano,
Mimi, de Goiko, de Garza,
que con resultado adverso
nunca escondían la cara
cual salido de la zarza
y jamás entrando al trapo.
Estaba “pa” eso Jarapo!
O de mi “primito hermano”
-porque así lo considero-
mi Manu Hernández “Cañero”.
¿Que habrá muchos más? Seguro.
Pero mi voz ya no aguanta
y mis disculpas les pido.
Un fuerte beso a mi Santa
y “pa” Gonzálvez un ruego:
brille esta noche una vela
en honor de Pablo Mela
-de todos el más bendito-.
Si van Bobi o Federico
-bien clarito os lo dejo hoy-
que una oración, sí, resuena.
por todos los que se han ido.
Llega ya el punto y final.
El brindis que lo haga Emilio.
Yo os dejo mi bendición
en la Serena, Helechal,
con esta mi condición:
Conservad vuestra amistad
más fortalecida y extensa
de vuestra unión y verdad
en este vuestro Concilio.
Así lo dirá la prensa;
la de Alberto, la de Emilio.
Que esta cita convenida
se repita, sí, cada año.
Hoy no acudí, mucho lo siento;
en la siguiente prometo
ser más rápido que el viento
y uno más del “rebaño”;
y dedicar un soneto
a alguno que se me olvida.
El Ciego del Berrenchín