Resuelto el contencioso con el madrileño Víctor Cea, el gallego Manu Mosquera pudo sentarse en el banquillo de los locales junto a su cuerpo técnico —presentado esta misma semana ante la prensa— para dirigir al equipo en tan importantísima cita con los jóvenes gallegos, venidos a la Ciudad de la Cerámica persiguiendo el objetivo de seguir en zona de promoción. En ambos entrenadores —el ex del Toledo SAD Onésimo Sánchez como titular de los celtiñas— y sus jugadores un mismo objetivo: los tres puntos, aunque más importantes y necesarios para un conjunto blanquiazul que trabaja y sueña con la salvación.
Manu Mosquera —uno de lo sabios de los muchos que hay en nuestro fútbol— debió entender que lo que funciona no se toca y saltó al césped del Prado con los mismos hombres que lo hicieron en el Cerro del Espino hace seis días. Onésimo, por el contrario, recuperó a uno de sus “indiscutibles”, el capi Pampín, para reforzar su zona de zagueros. Así las cosas, mucho respeto en ambas escuadras y pocas ocasiones de gol, aunque las más claras sería de los talaveranos en los primeros 45 minutos de partido.
Una medio espuela de Rodrigo que frenó Gaizca Campos en el 13; otra del propio brasilero un minuto más tarde tras varios quiebros en el área pequeña y un disparo de Dani Pichín con paradón el meta vigués fue lo más destacados de este Talavera que no podía permitirse ceder puntos; un disparo al poste izquierdo de Edu Sousa a cargo de Gabriel Veiga sería lo más llamativo de un Celta B sobrio y que llegaba a Talavera a no regresar de vacío. En medio de todo esto: un minuto de añadido y dos cartulinas del colegiado asturiano: Añón y Javi Castro, los receptores.
SEGUNDA PARTE
Los mismos que se marcharon a refrescarse, saltaron al campo tras el receso; conformidad en los responsables de los banquillos. En su inicio ninguno de los dos equipos quiso asumir riesgos innecesarios y el juego no varió mucho de lo visto con anterioridad. Justo hasta que Onésimo decidía cargar el juego ofensivo de los suyos por banda izquierda.
Era el minuto 54 cuando una falta sobre Miguel Rodríguez hizo que se durmiera la defensa talaverana y el balón le llegó al uruguayo Lautaro que sin oposición alguna envió el balón al fondo de la red. Era el 0-1 que suponía un lastre para los locales y tranquilidad para los gallegos.Había que refrescar en lo físico y en lo mental y en ambos banquillos se producía un triple relevo. En juego ya entraba en una dinámica sin las preocupaciones del principio. Bourdal, solo, tuvo en el 1-1 en sus botas solo ante Gaizka Campos, pero éste si llegaba poco después cuando un saque de banda lo despejó Cedric hacia atrás y allí apareció David Añón para igualar.
El correcaminos en que se había convertido el juego pudo costar caro a ambos. Más a los gallegos porque su meta evitó que primero Rodrigo y más tarde Góngora hicieran gol; justo hasta que en el minuto 92 una internada por banda izquierda del filial celtiña acabó con un balón servido a la cabeza de Cedric para establecer el definitivo 1-2, que deja muy tocado al once talaverano en su liucha por la salvación.
En verdad hay vida, pero con concesiones así —y esta campaña van muchas— va a resultar complicado. De momento, el próximo viernes un visitante histórico: el Deportivo de la Coruña que sigue empeñado por cortar diferencias con el Racing de Santander. ¿Insistimos, hay vida aún? Sí, pero con los pies en el suelo no va a resultar sencillo. ¡Que la Virgen del Prado eche una mano! De momento el Promesas pucelano perdió en Calahorra, aunque eso no importe mucho.
CF TALAVERA: Edu Sousa, Choco Dani Ndi 73’), Góngora, Vicente Romero, Víctor Ruiz, Bourdal, Jordi Ortega, Añón (Jordi Martín 84’), Dani Pichín (Monroy 66’), Rodrigo Rodrigues y Toño Calvo (Perales 66’).