Los rayos X fueron descubiertos a finales del siglo XIX y desde entonces son uno de los pilares del diagnóstico en la atención sanitaria. Y la realidad es que su uso en su justa y correcta medida aporta un beneficio muy superior al mínimo riesgo que conllevan. Así de claro lo tiene la doctora Alfonsa Friera Reyes, responsable de Asuntos Profesionales de la Sociedad Española de Radiología Medica (SERAM).
Las radiografías o los TAC al emitir radiación pueden resultar muy peligrosos para la salud. Este es el pensamiento que mucha gente puede tener de ahí el miedo o la negativa a realizarse este tipo de pruebas.
No obstante, la miembro de la SERAM aclara que las dosis de radiación que se usan para el diagnóstico están lejos del umbral que puede causar lesiones. Aunque hay un mínimo riesgo de “aumentar la probabilidad de desarrollar algunos tumores”, pero se trata de leves aumentos de probabilidad. La doctora lo compara a “como si para ganar la lotería en lugar de un décimo llevásemos dos".
Insiste en que no se debe tener miedo para realizarse una radiografía si el médico especialista así lo ha considerado porque "una exploración indicada va a aportar más beneficio que posible perjuicio".
También en lo referido a si es posible minimizar la exposición en este tipo de pruebas, Friera Reyes defiende que en la actualidad se cuenta con muchas herramientas que permiten obtener imágenes de alta calidad diagnóstica con menores dosis de radiación.