El ácido úrico es un compuesto químico que se metaboliza en unas sustancias llamadas 'purinas'. Estas se producen de forma endógena, es decir, las fabrica el propio cuerpo, o bien se pueden obtener a través de los alimentos y bebidas. Esta es la definición que emplea Elisa Escorihuela, la directora del Centro Nutt de Valencia, farmacéutica y experta en dietética y nutrición.
Este efecto en el cuerpo es más propenso en la población adulta, siendo más frecuente en el adulto varón. Cabe destacar que es muy poco común en edad adolescente.
Escorihuela señala que se disuelve en la sangre y se elimina a través de los riñones junto con la orina. "Sin embargo, en algunas ocasiones el cuerpo no es capaz de eliminar la suficiente cantidad de este ácido y, en otras, el cuerpo produce más ácido úrico de lo normal, siendo varias las causas", menciona la autora de 'Dietoterapia' (Vergara). De hecho, indica que niveles elevados de ácido úrico pueden estar relacionados con el sobrepeso. Así, precisa que se considera como 'hiperuricemia', cuando se concentran niveles elevados de ácido úrico en sangre. "Cuando los niveles se mantienen elevados un tiempo prolongado se pueden ir formando y acumulando cristales de urato monosódico, con unas aristas puntiagudas que se acumulan en las articulaciones y producen un ataque de gota, un proceso inflamatorio caracterizado por un dolor intenso", añade. A su vez, subraya que puede dar lugar a la aparición de una artritis recurrente aguda o crónica.
La comida es un factor muy importante, ya que es una de las principales causas de aparición de la hiperuricemia. "Pensamos en ácido úrico y pensamos en que hay que quitar el tomate, el marisco, así como las hojas verdes, pero realmente hay mucho más detrás. (...) Algunas bebidas como la cerveza y los licores también pueden contribuir al aumento de los niveles de ácido úrico en plasma. No debemos obviar que los alimentos ricos en fructosa también son susceptibles de potenciar hiperuricemia", resalta la directora del Centro Nutt de Valencia.
Entre otras recomendaciones, recomienda una buena hidratación, poner atención al consumo de carbohidratos y fibra, reducir la ingesta de legumbres, reducir el consumo de carnes rojas y de vísceras, disminuir el consumo de grasas saturadas y de pescado, potenciar el consumo de lácteos, valorar el uso de suplementos de omega 3, potenciar la ingesta de vitamina C, el consumo de café, aparte por supuesto de realizar ejercicio físico diario.
Si hay una concentración muy elevada en sangre se pueden producir "unos cristalitos que se pueden acumular sobre todo en las extremidades", dando lugar a los conocidos como 'ataques de gota', por los que la persona prácticamente no se puede mover, al presentar una inflamación muy grande.
Como curiosidad, esta especialista resalta que los niveles bajos de ácido úrico se han relacionado con la aparición de algunas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Párkinson.