El trabajo con respecto a la energía solar cada vez está asociado a más sectores. Actualmente la creación de un parque fotovoltaico es un proceso complejo que requiere de un ecléctico muestrario de profesionales en sus diferentes fases: desde la concepción y la elección de emplazamiento a la fabricación de placas, su instalación o su vigilancia, entre otros.
El proceso ya arranca desde la financiación del proyecto. Los promotores y los agentes encargados de conseguir el capital necesario son elementos imprescindibles. Directores y responsables financieros, ejecutivas de banca, que permiten que se de el primer paso.
El concepto del parque para que se pueda plasmar a la realidad es otra labor importante y primeriza, donde la figura de ingenieros es vital y necesaria. Y dependiendo mucho de la ubicación puede ser de cualquier tipo: ingenieros civiles, industriales, eléctricos, mecánicos, agrónomos, de montes o forestales, etc. Cada vez son más los centros educativos que ofertan el Grado en Ingeniería de la Energía, y estudios de postgrados especializados en energía fotovoltaica.
El estudio orográfico para saber qué zonas reciben mayor cantidad de irradiación solar es parte fundamental de la fase inicial. Por ello, cada vez es más habitual que las empresas cuenten con Licenciados o Graduados en Ciencias Ambientales.
Con el lugar seleccionado para la ubicación del parque, toca el proceso burocrático. Permisos, licencias, ayudas, y demás aspectos denominados coloquialmente como 'papeleo' son realizados por abogados, administrativos, gestores o técnicos. Los perfiles más demandados para estas tareas suelen ser graduados en Derecho, Económicas, Dirección y Administración de Empresas.
Llega el momento de la obra y en primer lugar ahí que poner el terreno a punto. En muchas ocasiones va a tocar acudir a persona cualificado en el manejo de maquinaria pesada como excavadoras, compactadoras, así como camioneros que transporten la tierra sobrante.
El momento de los obreros, que han de levantar las casetas destinadas a contener los transformadores, así como toda edificación requerida para guardar material o cubrir las necesidades del personal. Albañiles, fontaneros y electricistas se emplean también en estos menesteres.
Según datos facilitados por Endesa, una planta que genera 50 megavatios (MW) ocupará unas 100 hectáreas y empleará a unas 300 personas en la fase pura de instalación. Estos números varían dependiendo de la tecnología elegida para su funcionamiento.
Por ejemplo, la estructura metálica a la que están sujetadas las placas se coloca con máquina especializada, guiada con GPS para guardar las distancias con la mayor precisión posible. La formación asociada a este trabajo abarca desde las ingeniería mecánicas o eléctricas a las especializadas en energía o las FP de mantenimiento.
Muchas empresas imparten en las localidades cercanas a la construcción de un parque solar, formación destinada a habitantes de la zona para generar trabajo. Estas formaciones pueden ser ofertadas por la propia empresa, así como ayuntamientos o instituciones. Habitualmente estos cursos incluyen varios carnés profesionales, como el de manipulación de maquinaria. En la web especializada en formación Emagister se puede encontrar una serie de cursos subvencionados que abren la puerta a trabajar en energía solar.
Una vez finalizada la instalación fotovoltaica quedará un remanente de operarios y técnicos en mantenimiento para las labores diarias, así como personal de seguridad.