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Hace 45 años que El Tudelano no visitaba El Prado

Angelín ante el meta Ibáñez en aquel Municipal El Prado de tierra

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Fue en marzo de 1977 y en aquella ocasión el Talavera CF venció por 2-1 con goles de Lelio y Monescillo para los blanquiazules y el gran Iriguíbel para los navarros. El árbitro era Socorro González, que se inventó un penalti, y después arbitró en Primera división

Redacción La Voz del Tajo | Sábado 29 de enero de 2022

En la crónica del 23 de marzo de 1977, casi 45 años atrás, Eladio Martínez firmaba la crónica del partido que en El Prado disputaron el Talavera CF con ambos equipos militando en el Grupo II de la entonces denominada Tercera División. Era la jornada 29 de una liga en la que participaban Leonesa, Osasuna, Castilla, Atlético Madrileño, Pegaso, Mirandés, Real Unión, Palencia, Tudelano, Ponferradina, Torrejón, Logroñés, Carabanchel, Zamora, Moscardó, TALAVERA, San Sebastián, Calahorra, Lagún Onak y Tourig, según el orden de clasificación tras los resultados de aquella jornada 29. Con 2-1 para los talaveranos finalizaría aquella cita, que no se ha vuelto a repetir hasta este domingo ya dentro del Grupo I de la Primera RFEF en la segunda jornada de la segunda vuelta y con ambos equipos en zona complicada de la tabla clasificatoria. Es decir, 45 años sin que ambos conjuntos se hayan visto las caras.

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De la crónica de ELMART -don Eladio Martínez- hay que extraer que El Talavera fue recibido con silbidos. Pese a eso, pronto se vio que los jugadores salían a batirse por la victoria y tras unos cuantos minutos de juego un poco embarullado e indeciso, empezaron a dominar y a crear peligro. El primer gol, logrado a los siete minutos por Lelio, al tirar fortísimo y raso un libre directo, metiendo el balón pegado al poste derecho, les dio moral y su dominio se convirtió casi en absoluto. Solamente en algunos contraataques creó peligro el Tudelano,especialmente por la combatividad y el empuje de Iriguíbel, el máximo goleador de la Tercera División, a quien Delio frenaba con un marcaje implacable y para el que se necesitaba toda la fortaleza y el pundonor de este gran profesional.

Gelo atento a un posible error del portero navarro

Jugó francamente bien el Talavera en la primera mitad y el público que le había recibido de uñas, así lo reconoció y aplaudió y le animó en muchas ocasiones. Pero el Talavera está visto que, sin perjuicio de sus propios defectos, no tiene ninguna suerte, y el descanso llegó con el solitario gol marcado al principio. Merecía más el Talavera, porque un terrorífico disparo de Lelio que llevaba el camino del marco tropezó en el cuerpo del portero dejándole conmocionado y saliendo a córner y hubo otras ocasiones en que el gol estuvo hecho pero no entró. El dos, o incluso el tres a cero a favor no hubiera sido nada injusto en esta ocasión. La segunda parte cambió bastante.

Lelio, quizá resentido de su esfuerzo de la primera mitad, pues estuvo en todas partes, en el centro mandando siempre y en el remate, pues fue el que más y mejor tiró a puerta, bajó en su juego y el equipo lo acusó enseguida pasando a ser dominado. La situación era tensa con un Tudelano volcado y un Talavera que no reaccionaba.

Quizá algún cambio entonces hubiera servido de revulsivo, de acicate. Pero este tuvo que venir del gol de los contrarios. Un injusto penalty, a los 18 minutos, que convirtió en gol lriguibel, entre un gran escándalo del público. Sacó genio el Talavera seguidamente y se lanzó de nuevo al ataque, con más voluntad y deseos de triunfo que acierto. Y a trancas y barrancas volvió a dominar, hasta que cuatro minutos después del gol visitante, Monescillo acertaba a resolver un lío ante el marco navarro y lograba el gol de la victoria. El partido entró entonces en una fase muy disputada, pues el Tudelano buscó de nuevo el empate y atacó siempre que pudo. Pero el Talavera batalló y puso voluntad y esfuerzo en sus acciones, logrando que llegara el final sin que el marcador se moviera ya. 2-1 a su favor totalmente justo y que mereció haber sido de mayor diferencia por su labor de la primera parte.

En el equipo, al que hay que anotar en primer lugar su gran voluntad de victoria y su ir a por todas, hubo dos jugadores clave: Lelio, con su gran juego de la primera parte, que levantó a todo el equipo; y Delio, con su lucha titánica contra otro coloso tan fuerte como él, valiente y acometedor como lriguíbel y que era y es la principal baza en las victorias del Tudelano. La bravura de Delio, que no dejó un segundo libre de marcaje al extraordinario delantero, llenó de emoción muchas acciones del partido. Muy bien Carlos, Iglesias y Monchi. Y muy bien también Angelín, que parece volver por sus fueros de excelente jugador, y Gelo, al que pediríamos que se acercara más a la puerta, donde su poder y su buen remate quizá lograran goles que son los que dan los triunfos.

En el Tudelano, lriguibel y su portero fueron los mejores. El resto del equipo no le vimos nada extraordinario. Es uno más de los del grupo, sin nada destacable. Malo sin paliativos el arbitraje del colegiado tinerfeño señor Socorro González -con el tiempo llegaría a ser árbitro de Primera división-. Se equivocó tanto que no podemos acusarle de parcialidad a favor de ningún equipo; sencillamente repartió errores a voleo. Muy mal.

Un Talavera CF de aquella época

Las alineaciones de ambos equipos fueron por el TUDELANO: lbáñez; Olalde, Faustino, Labari; Sola, Martín; Mena, López-Gimeno, lriguibel, Casio, Ornaz. En la segunda parte fue sustituido Ornaz. Y por el TALAVERA CF: Del Moral; Casquero, Iglesias, Carlos; Delio, Lelio; Monescillo, Monchi, Llorca, Angelín y Gelo. En la segunda parte, al final, Espinosa por Monescillo. Lelio marcó el 1-0; empató Iriguíbel de un penalti inventado por Socorro González (1-1) y Monescillo estableció el 2-1 definitivo.

Un entrenador peculiar, y en palabras de QUIQUE -suponemos que Ginestal-, excéntrico Rosendo Hernández, técnico del Tudelano, no quiso hacer declaraciones al final del partido. Y de este modo lo manifestaba el redactor de nuestra VOZ: “Muchos dudábamos de que Rosendo Hernández fuese a concedernos su palabra. Y a de sobra son conocidas sus excentricidades y su forma de ser. Y sobre todo lo mal que ·digiere una derrota. En la puerta, el Delegado del equipo nos indica que esperemos unos momentos, tiempo corto que nos confirma con la negativa. El Sr. Hernández me dice que no desea hacer declaraciones".

Sí las haría el entonces técnico del Talavera CF, el húngaro José Toth que había sustituido al cesado Alexanco. Éste se mostraba contento y así lo reflejaba con sus palabras: “Indiscutiblemente el Tudelano, a pesar de que reconozco que ha traído algunas bajas, es un equipo fuerte y que juega buen fútbol, y por ello de todos es sabido que no es fácil ganarle. Por esto estoy contento de haber podido obtener la victoria”. El preparador talaverano aún tiene unas palabras de agradecimiento para los aficionados, y nosotros terminamos la entrevista bajo el ambiente alegre de: ¡por fin!, una victoria.

LOS PROTAGONISTAS

El árbitro tinerfeño Socorro González

El árbitro de aquel partido fue José Mauro Socorro González, nacido el 3 de mayo de 1944 en Los Realejos (Tenerife). En la temporada 79/80 ascendería a 2ª B y el 8 de enero de 1984 dirigió su primer partido en Primera en un Valencia-Sportin de Gijón con derrota del once local por 0-3. Esto reflejaba la crónica del momento: “Dirigió el encuentro el colegiado tinerfeño Socorro González, que tuvo algunas omisiones y errores, sobre todo en fueras de juego, pero sin influencia determinante en el desarrollo y mucho menos en el desenlace del partido. Enseñó tarjetas de amonestación a Redondo y Maceda, por protestar”. Su última actuación como árbitro de la máxima categoría también sería en el Luis Casanova con la presencia de la Real Sociedad como visitante y ganador (0-1) el 24 de marzo de 1991. La crónica de su última participación, tras dirigir 86 partidos en esta categoría, venía a decir que “Socorro González, del Colegio Tinerfeño, demostró ser un mal colegiado y estar mal preparado física y técnicamente. Amonestó a Penev, Lumbreras y Fuentes. Expulsó por tarjeta roja directa en el minuto 79 a Ricardo Arias, por una dura entrada a Atkinson”. Estaba a punto de cumplir los 47 años cuando abandonó el arbitraje que compatibilizaba con su trabajo como taxista. Y cabe recordar que en 1990, tras un Atlético-Athletic, Jesús Gil pidió su inhabilitación tras no señalar un clarísimo penalti a los colchoneros. El presidente del Atlético indicó también que denunciará el fraude y la adulteración en el fútbol español ante la FIFA y la UEFA. "Voy a poner en evidencia a los dirigentes de nuestro fútbol a nivel internacional". También anunció el estudio por parte de un grupo de abogados de las acciones penales y civiles que presentará ante los tribunales ordinarios de justicia. "Como no hay Justicia deportiva, vamos a recurrir a la justicia ordinaria", fue la explicación de Gil, que catalogó estas actuaciones como de querellas por estafa nacional".

LA FIGURA DEL TULEDANO

Iriguíbel ante otro exblanquiazul, Mariano García Remón, en el Santiago Bernabéu

Francisco Patxi Iriguíbel Aristu, deportivamente conocido como Iriguíbel nació en Pamplona un 18 de abril de 1951. Se formó en la cantera del CD Pamplona desde los 9 hasta los 17 años, edad en la que pasó al UDC Chantrea, de su ciudad natal, en el que militó una sola temporada. Con 18 años, Patxi Iriguíbel fue captado por el fútbol base del Real Madrid, aunque no logró pasar del equipo de aficionados. Regresó entonces a su Pamplona natal para jugar en el Osasuna Promesas. La temporada 1973/74 pasó a formar parte de la primera plantilla, por entonces en Segunda División, pero tampoco encontró su hueco.

Tras obtener la baja del club rojillo, fichó por el Club Deportivo Tudelano, de Tercera División, donde se destapó como goleador: diecisiete dianas la temporada 1974/75 y dieciocho la 1975/76. Su consagración llegó la temporada 1976/77, en la que fue el máximo anotador de la categoría con 26 goles, entre ellos el que sirvió para derrotar al CA Osasuna en El Sadar, en un partido histórico para los tudelanos.​ Gracias a su aportación goleadora, Iriguíbel recibió múltiples ofertas de equipos de categoría superior. Finalmente, aceptó la propuesta de regresar a Osasuna, que acababa de obtener el ascenso a Segunda División. Debutó en Primera División con la camiseta rojilla el 7 de septiembre de 1980, ante la Unión Deportiva Las Palmas. Jugó cinco campañas con Osasuna en la máxima categoría, antes de colgar las botas al finalizar el curso 1984/85, en que se quedó inédito, al no entrar en los planes del técnico, Iván Brzic.

UN ENTRENADOR PECULIAR

El entrenador Rosendo Hernández, en el foso de La Romareda

Rosendo Hernández González, que no quiso realizar declaraciones tras el partido siendo entrenador del Tudelano, había nacido en Santa Cruz de La Palma, el de marzo de 1922. Falleció el 3 de agosto de 2006. Rosendo fue un futbolista y entrenador de fútbol español. Jugaba como centrocampista y sus primeros equipos fueron el Tenisca y el Mensajero para después militar en la Cultural Leonesa y de aquí al Atlético de Madrid de donde pasaría al RCD Español con seis campañas en Primera. De aquí a Zaragoza donde consigue el ascenso a Primera para lograr otra vez el ascenso a Primera y abandonar la práctica del fútbol en 1952. Después volvió a Zaragoza, donde alternó el fútbol amateur en el Escoriaza y se incorporó a los servicios técnicos del Real Zaragoza y obtuvo el título de entrenador nacional. Fue cuatro veces internacional con España, participando en el mundial de Brasil, donde alcanzó el cuarto puesto.​ Su debut como entrenador profesional fue en la U. D. Las Palmas en 1962. Siguió su carrera en diversos equipos de primera y segunda división como Betis, Córdoba, Elche, Tudelano o Las Palmas (de nuevo). Acabó su carrera en su ciudad natal entrenado a Mensajero y Tenisca.

LOS NUESTROS

Lelio y Gelo, protagonistas de aquel Talavera-Tudelano

Pese a que la temporada no estaba siendo nada buena, nuestro entrañable Eladio Martínez, de aquel partido destacaba, a varios jugadores y entre ellos a Lelio -autor del primer gol tras un magnífico disparo de falta- y Gelo. Del primero de ellos manifestaba que Lelio con su gran juego de la primera parte levantó a todo el equipo. Mientras apuntaba sobre Gelo, ya fallecido, que se acercara más a la puerta, donde su poder y su buen remate quizá lograran goles que son los que dan los triunfos. En nuestra VOZ de entonces se otorgaban dos y un punto a los jugadores que optaban al trofeo al mejor jugador de la temporada. Y tras el partido frente al Tudelano la clasificación general estaba comandada por el propio Lelio, empatado con Delio, con 27 puntos, seguidos de Moreno y Espinosa con 23, Iglesias tenía 21, Del Moral, Ferrer y Casquero 20, Carlos 19, Merino 18, César 17, Garrido y Angelín 13, Gelo 9, Monescillo 6, Llorca 4, Monchi 3 y cerraba la clasificación el portero Martín con 2 puntos.

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