Después de haber visto el Atleti-Valencia de anoche resulta difícil resumir lo de esta mañana en El Prado, donde dos equipos tan necesitados precisaban ajustarse al guion que escribieron los del Cholo. Y, salvando las diferencias, era de esperar en alguno de los dos equipos que, inmersos en puestos de descenso en la última jornada de la primera vuelta, aceptaran el rol, ¿por qué no?, de los colchoneros.
Y aunque lo de esta mañana nada tuviese que ver con lo del Wanda, pues que alguien de los 22 jugadores sobre el césped pasara el casting de querer ser, al menos, protagonista de “El renacido”. Pero esto habría que dejarlo para después de que el cántabro Alberto Fuente Martín señalara el fin del partido.
Talavera y Zamora se veían las caras con tan solo un punto de distancia entre ellos y llegaban a la cita con dinámicas muy opuestas. Los de Castilla y León tras dos victorias consecutivas para ir escalando posiciones; los de Castilla La Mancha tras la derrota en Riazor y bajo las secuelas de no saber lo que es ganar en El Prado desde el 3 de septiembre (2-0 ante el Sanse).
Y también en ambos novedades en el mercado invernal porque los de Yago Iglesias habían perdido a tres jugadores (el defensa navarro Piña, la del delantero argentino Coscia y la cesión del joven Mapisa al Llanera). En los de Víctor Cea, la salida de Ñoño compensada con la contratación del delantero catalán Forgas, que ya tuvo minutejos en Coruña. Y para ambos conjuntos una verdad irrefutable: quedan aún muchos puntos en disputa, 60 con los de esta mañana, pero la derrota sería un duro golpe para cualquiera. Ahora que ruede el balón…
Y éste echaba a andar con el Talavera como beneficiario del sorteo. Lo mantendría durante prácticamente los 45 minutos de la primera mitad porque enfrente se encontró un Zamora especulativo y superpoblado de medio campo para atrás. Con todo al Talvera le costó en varias fases superar esa franja y cuando lo hizo volvió a adolecer de puntería para modificar el cero a cero inicial.
La ocasión más clara estuvo en las botas del debutante en el Prado Forgas tras la dejada de tacón de Pichín que no pudo superar la salida del espigado Villanueva.
Era el minuto 30 y el Talavera seguía dominando y buscando una oportunidad que pudo encontrar Ceberio pero su disparo se fue muy desviado. Rubén Miño seguía siendo un espectador privilegiado porque el Zamora solo buscaba al islote que era Losada en contadas ocasiones y en una de ellas al menos provocaría la cartulina a Góngora. No hubo más en este tiempo; bueno sí, Miño paró su primer balón segundos antes que el colegiado indicara el descanso.
Los inicios de la segunda parte no cambiaron mucho la decoración de la primera. Ceberio tuvo la primera ocasión y el balón se fue alto. Forgas reclamó un penalti y Choco y Toño Calvo elaboraron la mejor jugada de la mañana sin cosecha de gol. Al técnico del Zamora no debió gustarle lo que veía de los suyos y realizó un triple cambio. Respondió Cea con la presencia de Víctor Ruiz por el amonestado Gongora y minutos después un fundido Forgas dejo plaza a Perales, que remató de cabeza y obligó al meta visitante a realizar la parada de la mañana. Era el minuto 70 y era un completo acoso y derribo blanquiazul. Pero sin goles.
Dos saques consecutivos del Zamora acabarían zanjandose con un error defensivo del Talavera para que Baselga batiera a Miño en el minuto 77. Cea, tras escuchar lo ya habitual de dimisión, quitó a Pichin para dar entrada a Rodrigo.
Mayor rendimiento imposible al ser casi la primera y única llegada visitante. Mientras los locales seguían inseguros y con Juanma como otro delantero más por si caía algún balón en el área. Era un querer sin poder mientras los de Zamora intentaban arañar segundo con crono aproximándose al 90.
Yago Iglesias siguió haciendo cambios, Choco vio la amarilla y los blanquiazules bombeando balones donde Villanueva era un bastión.
El paradón de Villanueva que ustedes deberán ver en el resumen de TV fue el mejor epílogo para concluir que firmó la gesta en El Prado, o siendo "El renacio",que ayer vimos en el Metropolitano.