La parroquia de san Juan Evangelista, de Sonseca ha acogido este domingo 16 de enero la celebración eucarística con motivo de la Jornada de la Infancia Misionera, que ha sido presidida por el arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, el lema este año es “Luz para el mundo”.
Junto al prelado, han concelebrado el delegado diocesano de Misiones, don José Carlos Arellano y los sacerdotes que prestan su servicio en esta parroquia.
Los niños y niñas de la parroquia de Sonseca han preparado con detalle los cantos de la Misa. Ha sido el coro infantil “San Felipe Neri” el encargado de entonar los distintos cantos de la celebración dominical; igualmente, niños de catequesis de la parroquia sonsecana han llevado a cabo las lecturas de la Eucaristía.
También varios niños han presentado las ofrendas, entre las que se encontraban diferentes “huchas del compartir”, en la que han depositado sus pequeños donativos para los niños en las misiones. El destino de estos donativos, en la Jornada de la Infancia Misionera, es procurar de medios a los misioneros para que puedan seguir adelante con su trabajo en favor de los niños: mantenimiento de escuelas en los lugares más remotos, creación de orfanatos, atención sanitaria, etc. Y para poder seguir dando luz entre los más pequeños.
Mons. Francisco Cerro, arzobispo de Toledo, ha pronunciado su homilía de manera catequética y dialogada con todos los niños participantes en la Eucaristía. “Estoy muy contento por estar aquí, viendo esta Iglesia llena de niños” ha manifestado el prelado.
Don Francisco ha explicado a todos los presentes que en los próximos días, del 22 de febrero al 3 de marzo, visitará dos lugares de misión en Perú, vinculados a la archidiócesis de Toledo: Moyobamba y Lurín. Lo hará acompañado del delegado diocesano de Misiones.
“Lo que vosotros, como niños, tenéis en la parroquia, no ha llegado a todos los lugares: el anuncio de la Buena Noticia”. Así ha exhortado el arzobispo a los niños participantes en esta jornada misionera. Igualmente ha recordado que la iniciativa de esta Jornada de la Infancia Misionera es del Papa, a través de las Obras Misionales Pontificias.
Mons. Francisco Cerro ha explicado el sentido de esta jornada y ha recordado que “los misioneros son los que han tenido un encuentro profundo con el Señor y llevan a Jesús hasta el último confín de la tierra. Ellos trabajan así porque donde no está Jesús no hay vida, no hay alegría, no hay esperanza.”
Don Francisco también ha insistido en que los niños también pueden ser misioneros “anunciado a Jesús en el colegio, en la familia, entre los amigos, etc”. Y recordando la necesidad de colaborar económicamente con los misioneros, ha explicado que los misioneros “llevando a Jesús a los demás, también llevan lo que necesita la humanidad”.
“Los niños y niñas colaboran, en esta Jornada, siendo misioneros, con sus oraciones, con sus pequeñas aportaciones y con su vida, para que muchos niños no dejen de conocer el amor de Dios” ha subrayado.
El prelado ha concluido su homilía compartiendo su recuerdo de una visita a Guinea Ecuatorial, haciendo especial mención a los misioneros y misioneras que trabajan con los niños, a través de las parroquias y la enseñanza. “Allí estaban los misioneros y misioneras, con su propia vida, anunciando a Jesús”.
El dinero recaudado, en la Jornada de la Infancia Misionera, en todo el mundo, pasa a formar parte de un Fondo Universal de Solidaridad, desde el que se distribuye para proyectos infantiles de las 1.116 diócesis que son consideradas territorios de Misión. En 2021 se financiaron 335 proyectos para que los niños pudieran recibir formación académica, para que puedan tener acceso a medicinas y atención médica, vivir como niños sin necesidad de verse obligados a trabajar, etc.
También en la tarde de este domingo, 16 de enero, la parroquia de Santa María de Altagracia de la localidad de Mora ha sido el lugar de celebración de la vigilia de oración, con motivo de la Jornada de Infancia Misionera.
El delegado diocesano de Misiones, don José Carlos Arellano, ha presidido el acto de oración, que ha contado con la presencia del párroco de la localidad, don Santiago Conde y un nutrido grupo de voluntarios de la delegación diocesana de Misiones, además de una representación de los miembros de la parroquia.
Durante la oración, antes Jesús Sacramentado, se ha pedido por los misioneros y por el aumento de las vocaciones misioneras. Además, se ha contado con el testimonio de la laica Mari Luz Martín Gil, natural de Sonseca y misionera durante cinco años en la misión diocesana de Lurín, en la zona sur de Lima, donde ha colaborado en tareas de evangelización.
Martín Gil ha explicado a los participantes cómo surgió su vocación misionera. “Ser misionera – ha afirmado - es anunciar a Jesucristo, difundir el Evangelio con palabras y obras, allí donde Dios me llame; poner mi granito de arena para que el Reino de Dios se extienda en el mundo y así darle gloria”.