La temporada 2004-2005 en el ya extinto Talavera CF fue especialmente recordada por los aficionados blanquiazules- Los motivos no son otros que los sufrimientos que se tuvieron que afrontar el tercio final de una temporada que no fue nada buena desde los albores allá por finales del mes de agosto. Tino Pérez, a la sazón presidente de la entidad talaverana, había contratado a Francisco Parreño Granados como sustituto de Manolo Trigueros que en el grupo II de la Segunda B había dejado colocado al conjunto por mitad de la tabla (11º) de una liga que ganó el filial del Atlético de Madrid con sus vecinos merengues como segundos y Mirandés y Cultural en los otros dos puestos de play-off, y había tenido como descendidos al Casetas, Toledo, Compostela y Rayo Majadahonda.
La RFEF nos mandaba al grupo IV con extremeños, andaluces, murcianos, Ceuta, Melilla y nuestros paisanos del Conquense y Tomelloso. Parreño apostó por una plantilla con Santi Calvo, Ferrer, Oscar Río, David Gómez, Juli Ferrer, Carmona, Pedro Díaz, Mata, Uri, Thierry y Borja Lafuerza como once base, con David Pérez, Butra, Josué, Estecha, Roberto, Lombán, Ismael, Antúnez Neira, Mugniani, Marco Antonio y Quesada para las rotaciones por lesiones o sanciones. Nada bien funcionaron las cosas en lo deportivo y tras 14 jornadas en el banquillo de los cerámicos Tino Muñoz cesó al entrenador y el director deportivo Javier Rodríguez dimitía antes que le cesaran.
Se echó mano de Santiago Martín Prado, Pradito, para ocupar la vacante y aunque en el tercio final hubo algunas mejorías tras pasar muchas jornadas en puestos de descenso, el equipo acababa clasificado como decimosexto con 46 puntos tras 10 victorias, 16 empates y 12 derrotas. Del mal el menos y la fase de permanencia a la espera. Sevilla B, Conquense, Ceuta y Lorca jugaron el play-off de ascenso y Tomelloso, Don Benito, Jerez y Arenas de Armilla perdieron la categoría. Tino Muñoz presidía una junta directiva a la que se había incorporado la primera mujer en nuestra ciudad: Victoria Salinero.
(No se pudo con el Fuenlabrada, de ahí el lamento talaverano)
En el sorteo de la permanencia nos correspondería el conjunto madrileño del Fuenlabrada con la ida en el Fernando Torres. EL Talavera volvió a la Ciudad de la Cerámica con los deberes sin hacer en su desplazamiento a Fuenlabrada, en la lucha por defender su permanencia en la Segunda División “B”. Partido igualado, que se decantó finalmente del lado local merced a un discutible penalti señalado por el casero Sánchez Maroto. Pronto le tocó al equipo de Pradito remar contracorriente en el encuentro. En el minuto cuatro, Lopategui envía un balón adelantado que recoge Juli, elevándolo por encima de Santi Calvo, para conseguir adelantar a su equipo (1-0). Finalmente, tras una buena intervención de Santi Calvo a un contragolpe madrileño, llegó el gol del empate. Óscar Río dispara fuerte y raso desde lejos y el meta Raúl se confía en su estirada, pasando el esférico entre su cuerpo y la hierba (1-1).
Tras la visita a vestuarios, Thierry y Butra intercambiaron puestos y la salida poco antes del descanso de Ismael, sustituyendo a Borja, dinamizó el juego cerámico. Pero este aumento de su dominio tampoco se traducía en goles. Camino del final, un error de Carmona, que perdió el balón ante Jaime provocó el disparo del delantero madrileño que pegó en el brazo de Juli Ferrer. El colegiado decretó pena máxima que Prieto convirtió en gol, enviando la pelota a la izquierda de Santi Calvo (21). Habría que esperar a la vuelta en El Prado para dilucidar las cuitas.
(Decepción en el palco de El Prado tras el 2-2 frente al Fuenlabrada)
Nadie lo esperaba, pero así fue. El Fuenlabrada renació ante un Talavera desvahído que jugó sin rumbo durante la segunda parte y terminó cediendo su primer “match ball” ante el equipo madrileño. El Talavera intentó aclarar la espesura de su juego sin demasiado éxito, en parte achacable a la falta de adaptación a sus bandas habituales de Thierry y Butra, que habían permutado sus puestos. El único peligro -y bastante “descafeinado”- se observaba en las jugadas a balón parado, que nunca llegaron a cuajar.
En el minuto nueve, fue el siete blanquiazul el que se marchó con un autopase por la banda derecha para enviar al segundo palo, donde Ismael marcó el primer tanto local (1-0). Palmas y alegría en las gradas, reforzadas al remachar otra excelente jugada los locales: Carmona recoge el pase doblado de Pedro y profundiza, mandando el esférico también al segundo palo, donde Butra remató e Ismael remachó (2-0).
Un Talavera bien colocado, frente a los madrileños, carentes de pegada, se marchó al descanso con un partido, en teoría, resuelto. Pero el decorado cambió por completo en la segunda parte. El Talavera reculó, lo cual se puede traducir en que cedió el mando, la iniciativa, la fuerza, la pegada, el control, la creación, la coordinación y, en definitiva, la esencia del juego del fútbol. El cuadro cerámico se volvió un equipo de mentirijillas, un monigote frente a un rival al que había doblegado y demostrado su superioridad en el primer tiempo.
El Fuenlabrada lograba su premio en el minuto 79, con Aloisio como protagonista del cabezazo que enviaba el balón a la red (2-1). Lo peor estaba por llegar: cuando la afición se resignaba a la disputa de la prórroga, un contragolpe blanco pilló desprevenida a la zaga blanquiazul que ofreció sólo dos efectivos frente al avance de Juli y Sosa. El primero se adelantó, cedió sobre la posición de desmarque del segundo y el delantero madrileño cruzó la pelota a la izquierda de Santi Calvo. El Talavera había elegido un paseo sobre el filo de la navaja. Ahora, habrá que jugar a la última puñalada frente al Mirandés.
(Formación inicial del Talavera en el decisivo partido en casa del Mirandés)
Ya no había vuelta atrás; era la última oportunidad para mantenerse en Segunda B. Y enfrente estaba nada más y nada menos que el Mirandés. Primera cita en El Prado, un campo que a los de Pradito no se le daba nada bien para desesperación de la parroquia talaverana en esta temporada que finiquitaba. Y así lo reflejaba nuestro Raúl Díaz. Abocados a una promoción maldita, de la que sólo saldrá uno vivo, el Talavera y el Mirandés exhibieron el porqué se encuentran donde se encuentran el pasado domingo en “El Prado”. Poco juego, mucho pelotazo, dos equipos que tienen el corazón acelerado, al borde del precipicio del que tan difícil es salir, no podían jugar sino a la lotería de la ocasión de gol realizada, sin querer dominar sobre el contrario, buscando el gol a la contra y con demasiadas reservas.
Y el partido se adormeció, debido, en buena parte, al fuerte calor reinante y a la labor de contención realizada por ambos
conjuntos. Desfondados, los jugadores se dedicaron a realizar un juego pastoso. Aún así, el Mirandés pudo obtener renta en “El Prado”, ya en el tiempo de descuento, pero Óscar escoró demasiado su lanzamiento cuando tan solo tenía frente a frente a Santi Calvo.
La única conclusión positiva que se puede sacar de este resultado es la de que el Mirandés no marcó, por lo que un tanto de los blanquiazules obtenido en el partido de vuelta forzaría a la escuadra rojinegra a conseguir la victoria, ya que el resto de opciones serían en su contra. El choque de vuelta, tras el 0-0, se disputará el próximo domingo en el campo de Anduva.
Y este es resumen que nos remitían desde Miranda de Ebro. EL Talavera salvó la categoría con un inspirado Estecha, que heló a la nutrida afición rojilla que se dio cita en Anduva al cabecear a gol la única ocasión clara de la que dispuso el equipo toledano a lo largo del partido. El Mirandés dispuso de más oportunidades para batir a Calvo, pero la falta de acierto que han exhibido los de García de Andoain a lo largo de esta temporada les condenó al infierno de la Tercera División.
En el minuto 66, Tino consiguió distanciar a su conjunto, al remachar un balón muerto en el área pequeña que puso primeramente Iker al segundo palo (1-0). Anduva se tiñó de rojo con el color de las 5.000 banderas repartidas dos días antes por la nueva junta directiva.
Un Mirandés crecido quiso sentenciar inmediatamente después, y Javicho envió alto el esférico en el minuto 70. Unodespués, Lasarte envió al palo largo un libre directo. El balónrozó la raya pero no la traspasó y Santi Calvo atrapó la pelota.
Hasta ese momento, Estecha no había intervenido apenas en el juego, tras haber saltado al campo tres minutos después del primer tanto rojillo. Sin embargo, cuando en la grada se esperaba el segundo gol, el recién incorporado se lanzó en plancha para rematar el centro de Josué y batir a un desconcertado Tito (1-1). Desde ese instante hasta el final el Mirandés buscó el milagro, pero la suerte estaba echada y era al conjunto talaverano al que le tocaba permanecer un año más en la categoría de bronce del balompié hispano.
En esta campaña 2004-2005 Santi Calvo fue el portero más utilizado con 35 partidos en liga en los encajó nada más y nada menos que 29 tantos. Ángel Manuel Mata y Antonio Carmona los más tarjeteados con 13 amarillas cada uno de ellos y 1 roja. Con este color David Gómez y Roberto Jiménez recibieron 2 cada uno de ellos. Thierry y Butra serían los máximos artilleros con 7 y 5 respectivamente en el campeonato liguero. Israel Ferrer, Oscar Río, Juli Ferrer, Uri, Thierry, Lafuerza, Butra, Estecha, Lombán, Antúnez, Díaz Neira, Marco Antonio y Quesada, incorporado durante la temporada, los que jugaban por vez primera con la casaca blanquiazul. Pradito se sentó en el banquillo que había dejado Parreño en la jornada decimoquinta.