En enero del pasado año gran parte del país sufrió las consecuencias de la borrasca Filomena, que trajo numerosas y duraderas nevadas sobre todo en el centro y este peninsular. Pero este año el escenario es totalmente diferente, tal y como afirma José Antonio Maldonado, director de meteorología de Meteored.
La borrasca Filomena fue muy adversa y así lo atestiguan los registros, destacando los espesores de nieve en La Pobla de Cérvoles (Lleida) con 63 centímetros y de Cavacés (Tarragona) con 57,4 cm. En el Roque de los Muchachos (Santa Cruz de Tenerife) se alcanzaron 56 cm, en Madrid (Retiro) cerca de 53 cm, Toledo 51 cm y en Vilafranca (Castellón) se acercaron al medio metro.
Las temperaturas más bajas se dieron en Torremocha del Jiloca (Teruel) con -26,5 ºC, en Bello (Teruel) con temperaturas de -25,4 ºC, así como en Molina de Aragón (Guadalajara) donde se alcanzaron los -25,2 ºC.
No se había producido una borrasca de tal importancia desde enero de 1971 y, después de 50 años sin un suceso parecido y siguiendo los modelos, es poco probable que vuelva a suceder.
Durante la segunda mitad de este mes, los termómetros marcarán valores bajos en casi todo el territorio peninsular y el archipiélago balear con heladas en casi todo el interior, quedando al margen la mitad occidental de Andalucía, el litoral mediterráneo y el oeste de Galicia al menos hasta el día 24. En Canarias habrá un ambiente suave con mediodías ligeramente por encima de los 20 ºC y temperaturas mínimas cerca de los 16 o 17 ºC.
En la última semana del mes, las heladas probablemente seguirán produciéndose en casi todo el territorio, con posibilidad de que se registren también algunas débiles en capitales del suroeste como Sevilla y Córdoba. En algunos puntos se formarán bancos de niebla duraderos, sobre todo en la meseta castellanoleonesa.
Las lluvias serán escasas, aisladas y de intensidad débil. Habrá una mayor probabilidad de precipitaciones en los Pirineos. También podría llover ligeramente en el norte del archipiélago canario.