Toser hacia abajo reduce la propagación de las gotitas respiratorias y, por lo tanto, también disminuye la posibilidad de contagiarse por coronavirus. Así lo han concluído investigadores del Instituto Estadounidense de Física.
Las gotas respiratorias contribuyen en gran medida a la propagación de la pandemia, ya que muchas personas hacen vida en lugares interiores durante los meses de invierno. Cambiar este comportamiento en una variedad de escenarios para partículas que van desde un tamaño inferior a 1 micrómetro hasta 1.000 micrómetros resulta un reto.
Los investigadores describen la dispersión de las gotas generadas por la tos de las personas al subir y bajar las escaleras. Hongping Wang y su equipo han mostrado modelos que conducen a la caída de gotas respiratorias desde un maniquí dentro de un túnel de agua, que se inclinó en diferentes ángulos para imitar a una persona subiendo y bajando escaleras.
El investigador Wang ha señalado que “se observan dos patrones diferentes de dispersión de las gotas debido a los distintos flujos de estela, resultados que sugieren que debemos toser con cabeza hacia el suelo para garantizar que la mayoría de las gotas entren en la región de la estela que se deja al toser”.
Al parecer, las partículas situadas por encima de la cabeza eran capaces de desplazarse a distancias relativamente lejanas en sentido horizontal, como si fueran emitidas desde la parte superior de la cabeza.
Wang explica que el mayor reto es “cómo utilizar las partículas en el agua para simular las gotas de aire”, añadiendo que “lo más sorprendente fue que las partículas más altas que la cabeza pueden recorrer una distancia mucho mayor que las partículas más bajas que la cabeza debido a la inducción del flujo de estela”.