Navidad es una de las épocas más especiales del año, en concreto la noche de Reyes. Son fechas en la que todo se llena de adornos, dulces, reuniones familiares y por supuesto montones de regalos.
En algunas ocasiones, existen niños que reciben demasiados regalos, bautizados como 'niños hiperregalados'. Estos pequeños sufren las consecuencias de recibir un exceso de regalos en apenas unos días: como, por ejemplo, la dificultad y sensación de frustración a la hora de valorar y disfrutar que realmente se merecen los regalos que reciben.
En estas fechas lo normal es que todos los niños reciban una mayor cantidad de regalos en comparación con el resto del año, por eso es recomendable no excederse en el número de juguetes e incluso optar por experiencias como algún viaje, entradas para el teatro o un museo. De manera que los pequeños puedan pasarlo bien junto a su familia sin necesidad de recibir algo material como obsequio.
En el caso de que tanto los Reyes Magos como Papá Noel opten por un exceso de regalos, las consecuencias a las que se enfrentan los pequeños son: dificultad para valorar cada uno de los presentes recibidos y, en consecuencia, dispersarse y no conseguir concentrarse en cada uno de los regalos debido al exceso, provocando finalmente una rápida pérdida del interés.
Otro de los factores negativos será el exceso de estimulación, ya que el pequeño se alterará demasiado. Y por último, el exceso de obsequios provocará menos tolerancia a la frustración, es decir, ante una variación con respecto a lo que el niño quería, desembocará en una rabieta.
Algunos psicólogos como la psicóloga infantil Marina García, de PsicoActúa, Unidad de Psicología y Medicina de la Salud del Hospital Vithas Medimar, recomiendan seguir la regla de los 4 regalos: "Algo que necesiten, algo que quieran, algo que ponerse y algo que leer".
"La consecuencia para los niños hiperregalados es nefasta, ya que el no dotar de valor a las cosas por su tendencia en exceso, puede dar lugar a comportamientos caprichosos, consumistas, egoístas, e incluso perjudicar la faceta imaginativa del menor", comenta Marina García.
Criterio lógico y gestión equilibrada, eso es lo que se debe tener en cuenta antes de hacer los regalos. El sentimiento de culpa no debería existir, tal y como explica la psicóloga García: "No existe ningún estudio que correlacione la cantidad de cosas materiales con el estado de ánimo, ni en niños, ni tampoco en adultos", con lo cual concretaba que "los niños para ser felices necesitan, por encima del todo, sentirse queridos y aceptados incondicionalmente por sus padres. También sentirse escuchados, apoyados y con los límites adecuados les hace encontrarse seguros y protegidos".