Irene González Moreno | Miércoles 23 de abril de 2014
El ex presidente de Caja Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó consideró que desde el Banco de España hubo una “precipitación interesada” en la intervención de la entidad con la intención de “alertar” al sector de los tiempos que estaban por llegar, según recogió la Agencia EFE. A su juicio, la intervención de CCM sirvió para “crear un ambiente más colaborador” en el sector financiero, porque poco después se puso en marcha el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y los Sistemas Institucionales de Protección (SIP). Moltó hizo estas declaraciones en la Comisión de Economía del Congreso, donde achacó la intervención de CCM a una “campaña reputacional” contra la caja que desembocó en la “pérdida de confianza y de recursos” y la la “dimisión organizada” de un bloque de su consejo de administración, formado por consejeros del PP. Según explicó, la intervención provocó “muchos más problemas que beneficios para el sistema financiero español”. Aún así, el ex presidente reconoció que CCM cometió errores al igual que otras entidades, como los relacionados con el sector inmobiliario.
En la época que estuvo al frente de CCM, desde 1999 a 2007, explico que la caja inició un claro ritmo de crecimiento y de mejora de solvencia, gracias a un “equipo comprometido, austero y homologado”, destacando que los acuerdos se hacían siempre por unanimidad. De la misma forma, negó que no diera información de todo lo que sucedía en la caja a cualquier consejero que la solicitara. Respecto a la intervención, Moltó dijo que una de las claves fue la pérdida de confianza por una posible “campaña mediática y política” que llevó a CCM a perder 3.000 millones de euros de recursos. Este “problema insalvable de liquidez”, según dijo el Banco de España, no significó que hubiera habido “un agujero financiero”, aunque la situación se agravó con la dimisión organizada de un bloque del consejo que era del PP, reconoció. Antes de concluir, Moltó también manifestó que los problemas se hubieran evitado de llegar a buen puerto la fusión de CCM con Unicaja y que los 130.000 euros anuales que cobraba los ingresaba íntegramente en la caja.
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