Tres meses después de que comenzara la erupción volcánica de La Palma, en la dorsal de Cumbre Vieja, por fin parece haber cesado la actividad volcánica. Lorenzo Pasqualini, geólogo de Meteored recopila los datos más interesantes.
La erupción del nuevo cono volcánico en La Palma estalló el 19 de septiembre de 2021 y después de 86 jornadas de movimiento, se interrumpió el 14 de diciembre. Aún no se sabe qué puede suceder durante las próximas semanas, pero ya conocemos que se trata de una de las erupciones más destacadas en las islas Canarias de los últimos siglos, además de ser la más prolongada en La Palma desde que se tienen registros. Veámosla con detalle.
Durante estos tres meses, 1241 hectáreas se han visto cubiertas de lava según las mediciones de satélite. De ellas, 369 hectáreas eran cultivos (plataneras especialmente) que han quedado arrasados. Las coladas de lava provocaron graves destrozos en los núcleos habitados situados en este sector de la isla, obligando a siete mil personas a abandonar sus hogares.
En datos generales, 2988 construcciones han quedado devastadas y 3039 sufrieron daños. Con todo esto, miles de personas se han visto afectadas y 2300 se han quedado sin hogar. Según el catastro regional, 1345 casas desaparecieron bajo la lava. Además, se calcula que 92 kilómetros de carreteras han sido sepultadas por la erupción.
Reflexión de Lorenzo Pasqualini sobre la situación actual: “en estos días la atención en torno al volcán sigue siendo máxima. Los parámetros observables, tanto los provenientes de los sistemas de vigilancia como los de observación directa, muestran signos de agotamiento de la erupción. El temblor volcánico se mantiene al mínimo, con actividad sísmica casi nula, así como la emisión de SO2, que sigue siendo muy baja (es una señal más del agotamiento del proceso eruptivo). Por otro lado, las emisiones de CO2 siguen siendo mayores en la zona donde tuvo lugar la erupción, y esto puede representar un peligro para las personas.
Las estaciones de la Red Geodésica Española también han detectado el inicio de un proceso de deformación del suelo en los últimos días, de varios centímetros. Los expertos no descartan una reanudación de la actividad estromboliana y emisión de coladas de lava, pero cuanto más pasan los días, más se acerca el día en que los vulcanólogos concluyan la desastrosa erupción de este otoño de 2021 en la isla de La Palma, en España”.
No puede medirse con exactitud, pero los datos del satélite estiman que el volcán ha expulsado cerca de 159 millones de metros cúbicos, lo que supone un volumen enorme. En los últimos meses ha predominado un desplazamiento de la lava hacia el oeste, hacia la costa suroeste de la isla de La Palma, formando una zona denominada "malpaís", que se caracteriza por una superficie muy irregular donde es imposible realizar cualquier actividad humana. En algunos lugares, el frente de los flujos ha alcanzado decenas de metros de altura, cambiando completamente el paisaje.
En este tiempo se ha formado un “delta de lava” a lo largo de la costa, como los que se crean en la desembocadura de los ríos, por las coladas que llegan al mar y se solidifican. En las islas Canarias, estos deltas se conocen como fajanas. Pues bien, la fajana creada en los últimos meses en la costa oeste de La Palma ha alcanzado una extensión de unas 43 hectáreas, aumentando efectivamente la superficie de la isla.
Mientras que la lava es un fluido silíceo que llega a temperaturas de 1000 ºC, los “lapilli” son materiales que expulsa el volcán y que tienen una dimensión entre los 2 y 64 mm. Un lapilli es más grande que las partículas de ceniza y más pequeño que las "bombas", los grandes bloques que a veces salen expulsados del cráter del volcán.
El paisaje también se ha transformado en la zona del cono volcánico, que se ha levantado en una zona de Cumbre Vieja donde no existían estas estructuras. El nuevo cono volcánico ha alcanzado cerca de 200 metros de altura. Además, también se originó un segundo cono y varias aperturas.
Además de las coladas de lava que devastaron la parte sur de La Palma, los terremotos también han marcado estos tres meses de erupción. La actividad sísmica ha sido intensa, con cientos de eventos sísmicos al día. En las jornadas con más terremotos se registraron alrededor de 300 eventos en 24 horas. En otras islas del archipiélago se registraron y sintieron cinco terremotos de magnitud superior a 5,0. El más fuerte tuvo una magnitud de 5,1.