Por Víctor Borreguero
Víctor Borreguero | Miércoles 23 de abril de 2014
Don Arturo el Soberbio ha hecho un pan con unas tortas, que es
como se dice cuando alguien “comete un error sin solución, hacer una
acción que sólo trae cosas malas y fracasar en el intento de hacer alguna
cosa”.
CIU y EZQUERRA sumaban 72 escaños, y ahora, 71. Mucha alforja para
tan poco viaje. La voluntat d'un poble, don Arturo.
Lo de ganar la guerra antes de ir a la batalla es cosa de El Arte de la Guerra,
el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. El que Inspiró a Napoleón,
Maquiavelo, Fernando El Católico, Mao Tse Tung y muchas más figuras históricas.
Un libro con dos mil quinientos años de antigüedad. “La mejor victoria es vencer
sin combatir”, explica.
En otro hermoso libro, Trabajos y Días, Hesíodo, un escritor que junto con
Homero es el más grande de la antigüedad,cuenta que los hombres vivían
libres de fatigas y enfermedades hasta que Pandora abrió un ánfora que contenía
todos los males y así liberó todas las desgracias humanas.
No estoy hablando de la batalla de Heliópolis (la Ciudad del Sol), que así se
llamaba ese campo de batalla antes de que los béticos se lo dedicaran a un tal
Benito Villamarín. En la batalla de Heliópolis, el Madrid ha entregado sin dignidad
al Barcelona la liga de este año. Lo de Arturo el Endiosado y su Cataluña en
guerra consigo misma y su historia, nada tiene que ver con las batallas de
Mourinho contra todos los demás. Las batallas de la guerra de Cataluña no pertenecen
a la Ciudad del Sol sino a la Caja que aquella que la endiosada Pandora
cerró justo a tiempo de que la esperanza fuera liberada (Trabajos y días 90-105).
…y como el pensar es libre y el hablar no tanto, quiero recalar en el
pobre San Anselmo de Canterbury. Un filósofo que sostenía la necesidad de
creer para comprender a fin de intentar luego comprender lo que se cree.
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