Se cumplen 62 años de la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño por Naciones Unidas, y 32 de la Convención de los Derechos del Niño, en lo que constituyó un esfuerzo mundial por reforzar y hacer vinculante el compromiso de las naciones por proteger a la población más vulnerable, la infancia.
Esta convención, la más universal de los tratados internacionales y la más ratificada de la historia, establece una serie de derechos para los niños y las niñas, relativos a la vida, la salud, la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a la protección frente a la violencia y la discriminación, y a su participación activa en la toma de decisiones.
Al texto final no se llegó sino después de un amplio debate. No extraña por ello que tres décadas después siga siendo necesario observar cómo se viene desarrollando el cumplimiento de dichos compromisos y los desafíos que la protección de la infancia entraña hasta la actualidad.
En este contexto, la Consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, Bárbara García Torijano, manifiesta: "es esencial continuar mejorando y ampliando el marco normativo que permita fortalecer y garantizar la protección de los niños y las niñas en todos los ámbitos. Así, celebramos la aprobación de la Ley Orgánica 8/2021, Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia que fue aprobada con el apoyo de todos los grupos políticos y en cuyo desarrollo e implementación ya estamos trabajando".
Igualmente, "nos congratulamos de la reciente creación de la Mesa de Participación infantil en el seno del Consejo Regional de Infancia y familia que tienen como objetivo establecer un órgano de comunicación, expresión y representación del conjunto de la infancia dentro de la región" dice Bárbara García.
Se consolida además el compromiso establecido con UNICEF por seguir ampliando las ciudades amigas de la infancia en nuestra región, con el horizonte de generar desde las entidades y las instituciones, entornos más amigables para los niños y las niñas, espacios convivenciales seguros, inclusivos y accesibles para toda la infancia.
Además, se fortalecen las estrategias de colaboración con múltiples entidades del ámbito social y del tercer sector especializadas en la atención de la infancia, pero también en otros ámbitos que de forma directa, indirecta o transversal afectan y contribuyen a su bienestar integral.
La consejera apunta: "en la protección de nuestros niños y niñas, cada uno de nosotros y nosotras, desde nuestro rol convivencial y social, desde nuestras competencias profesionales y desde nuestras experiencias, como miembros de la sociedad, como padres y madres, como personal docente y sanitario, como gobernantes políticos o entidades sociales, medios de comunicación, en definitiva, como sociedad civil en su conjunto, desempeñamos un papel clave".
Es mucho lo que se ha avanzado en las últimas décadas, pero queda un gran y amplio trabajo por llevar a cabo. La infancia es un valor que se debe proteger hoy frente a todas las adversidades y porque de ello dependerá la igualdad, la calidad democrática y el bienestar de la sociedad del futuro.