En la mañana de ayer martes ocurrió un terrible suceso en el ‘camino viejo de Talavera’, un cordel que se encuentra en el término municipal de la localidad de Cazalegas. Tal y como informó La Voz del Tajo tres perros de raza American Stanford con mezcla de Labrador atacaron a un ciclista de 67 años mientras circulaba por el citado camino.
Este periódico ha podido hablar con Francisco Javier, el ciclista herido, que nos ha contado su estado de salud y cómo vivió el suceso.
Francisco ha confesado que esta noche no ha podido dormir nada por el dolor que sentía en los brazos, “estoy bastante fastidiado, me duelen muchos los brazos por las heridas. Fue ayer y está todo muy reciente”. De momento tiene que guardar reposo hasta que las heridas comiencen a sanar, “ha venido mi hijo a ayudarme estos días, necesito tiempo y que la cabeza se relaje”, ha concretado Francisco después de vivir un episodio de lo más traumático en su vida.
“Pensé que era el último momento de mi vida, que yo iba a morir ahí”
Sobre las 12:30 horas de la mañana del martes los perros, que presuntamente se habían escapado de la finca donde habitan, se lanzaron sobre Francisco Javier provocándole fuertes mordiscos y arañazos. Al caer al suelo recibió el ataque más agresivo de los animales.
“Pensé que era el último momento de mi vida, que yo iba a morir ahí”, relata el ciclista. “Estaba seguro, los perros ya me habían ganado, me habían tirado al suelo y mi pensamiento fue: ‘Me van a matar’”.
Los canes destrozaron su bicicleta y le provocaron fuertes desgarros en el cuerpo, pero la parte más afectada han sido los brazos, destaca una herida con diversas hendiduras en el antebrazo derecho.
Por suerte apareció el dueño de los canes que logró parar la agresión y trasladó a la víctima hasta el Centro de Salud de Cazalegas donde le asistieron. “En el ambulatorio lloré y pedí perdón, no me podían ni tomar la tensión porque estaba temblando”.
Tras lavarle y cubrirle las laceraciones producidas por las mordeduras, el hombre fue trasladado al Hospital Nuestra Señora del Prado en Talavera de la Reina donde se le valoraron las heridas.
Ahora mismo el único deseo de Francisco Javier es que no le vuelva a pasar a nadie. “Es una zona al lado de Cazalegas, a poco más de 100 metros de la residencia”, expresa el ciclista y comenta que hay chalets adosados al lado del camino y sale la gente a pasear con sus perros, “no me esperaba que en esta zona pudiera ocurrirme algo así”.
Francisco se ha puesto en contacto con un abogado y ha acudido hoy a la Comisaría de Policía a denunciar, sin embargo, “no me encontraba bien y volveré la semana que viene cuando me encuentre mejor”.
Francisco ha concretado que deben “poner orden”, ya que este tipo de perros deben llevar bozal y no estar sueltos.
Por último ha querido aclarar que le gustan mucho los perros, “los perros no son malos, los hacen malos”. “Tengo un vecino que tiene un American Stanford y es un trozo de pan. Son los dueños los que convierten a los perros en asesinos, me hubiesen matado”, añade Francisco.
Ahora será el SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) el que se encargue de investigar lo ocurrido.
Mientras que a Francisco Javier le toca recuperarse poco a poco y asimilar el terrible suceso que le ha tocado vivir y que podía haber terminado en desgracia.