Se cumple un mes de la desaparición de Antonio David Barroso Díaz, el menor con discapacidad sensorial y que fue visto por última vez junto a su madre la noche del pasado domingo 12 de septiembre en un hotel de Talavera de la Reina, del que se marcharon de madrugada.
La Policía Nacional mantiene todas las hipótesis abiertas en la desaparición del menor, natural de Morón de la Frontera (Sevilla). Lo único que se ha sabido es el recorrido que realizó la madre hasta que fue interceptada en Segovia, donde dijo a la Guardia Civil que había matado a su hijo y arrojado su cuerpo a un contenedor, lo que se mantiene como hipótesis sin descartar las demás.
Este jueves El Periodico informa que la policía alertó en julio del peligro que corría David, y que los Servicios Sociales no creyeron "urgente" comprobar la situación del niño discapacitado.
Según el citado medio, dos meses antes del suceso, agentes de la Policía Nacional de Morón de la Frontera ya advirtieron de las "deficientes condiciones" en las que vivía el niño junto a su madre, diagnosticada de trastorno bipolar.
La Unidad de Atención a la Familia y el Menor (UFAM) enviaró al Ayuntamiento de Morón un oficio con fecha 16 de julio en el que alertaban a los Servicios Sociales, donde señalaron las "decadentes condiciones higiénico sanitarias" en las que estaba el hijo de Macarena.
Según el mismo diario, la funcionaria admitió que “se trataba de una familia de bajo riesgo y, durante el verano, no había personal suficiente para las comprobaciones”.
La trabajadora social afirmó ante la policía que la mujer, a la que definió como "una madre volcada con sus hijos, a los que jamás haría daño", nunca había ocasionado problemas.
Después del oficio de la policía en el que se alertaba de las condiciones de vida de la mujer y su hijo, la funcionaria sí advirtió un cambio radical en el comportamiento de Macarena. Recordó que la había visto el 20 de agosto con un gran crucifijo en el pecho y que había cambiado completamente su forma de hablar.
Macarena, que sufre problemas mentales, se encuentra ingresada en un centro especializado de Segovia, donde solo ha recibido hasta el momento a agentes policiales para interrogarla y un sacerdote de Morón de la Frontera, mientras se está a la espera de valorar si la visita su hija mayor, de 19 años, informa El Perodico.
Tal y como informó La Voz del Tajo, la Policía Nacional ha intentado averiguar el recorrido que hizo la mujer el 12 de septiembre, aunque se ha tenido que apoyar en cámaras de seguridad y de vigilancia de carreteras una vez que quedó descartado que llevase un teléfono móvil.
El pasado 21 de septiembre, la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional (UFAM) se desplazó a Morón de la Frontera (Sevilla) para investigar sobre el terreno la desaparición.
En las pesquisas participan agentes de Sevilla, Talavera de la Reina (donde la mujer pasó la noche del domingo) y Madrid.