OPINIÓN

Pedro Sánchez, facha y franquista

(Foto: Pool Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa).

Aprovechemos este final veraniego para hacer analogías, elucubraciones y unas risas

Jorge Molina Sanz | Sábado 04 de septiembre de 2021

Nuestros amigos siguen disfrutando del veraneo, pero no por eso pierden la ocasión de traer a su tertulia acerados comentarios. Esta mañana nuestro viejo marino espeta:

—¡Tenemos un presidente de Gobierno que es un facha!

La joven profesora le mira incrédula y comenta:

—¡No puedo entenderte! Tu eres el que habitualmente comentas que abominas de esos calificativos y no te parece apropiado que, desde la izquierda, se etiquete de fascista o nazi a cualquier persona que opine de forma contraria o que no coincida ideológicamente con sus postulados. Dices que ese etiquetado es la fórmula utilizada políticamente para crear enemigos antipáticos y descalificar a los adversarios, sin más argumentos racionales, aumentando el odio y haciéndoles culpables de todo lo que ocurra. No paras de decir que es deleznable ese discurso tan binario y poco ético de amigos-enemigos, y ¡ahora eres tú el que lo hace!

Una carcajada sonora la interrumpe y el marino dice:

—Esa conclusión la saque del viaje a EEUU del presidente. En Nueva York, cuando nos llegaban las crónicas decían que las mujeres neoyorkinas no dejaban de alabar su atractivo, buen aspecto, buen porte y eso en mi pueblo se le llama tener buena «facha»; y sin entender mucho del asunto no me queda más remedio que adherirme y concluir que ¡Pedro Sánchez tiene buena facha!

Risas y la joven profesora comenta:

—Me tranquilizas y reconozco que, aunque no sea el prototipo de hombre que me gusta, desde esa perspectiva debo coincidir que tiene buena facha, aunque no destaque en otras muchas cosas que son las sustanciales y necesarias para ser un buen presidente de gobierno. Estaría mucho más cómoda si a este gobierno se le valorase por su capacitación profesional, conocimientos técnicos, por su gestión o su buen criterio y no de todas estas frivolidades a las que se nos está acostumbrando.

El marino añade:

—Quiero que sepas que Pedro Sánchez, además de facha es franquista.

Atónita la joven profesora interroga:

—Eso me parece excesivo ¿Por qué? y qué argumentos tienes para hacer esa afirmación.

La respuesta del viejo marino le resulta alucinante:

—Es fácil, querida amiga, en el evangelio según S. Mateo, en su capítulo 7, en su versículo 16 nos comenta: «factis cognoscetis eos», es decir, por sus actos los conoceréis.

La profesora sigue extrañada, pero el marino continua.

—Estamos con la Agenda 2030 y estamos esperando las ayudas y la tutela de la UE. Vendemos un prometedor futuro sobre esas premisas de modernización y entrada de fondos comunitarios.

Eso me recuerda a nuestro pasado, en 1959, en la Dictadura de Franco, con la aprobación del Decreto-Ley de 21 de julio, se crea el Plan Nacional de Estabilización Económica, bajo la supervisión del FMI, con ello cambió el rumbo de la economía y se inició el crecimiento entre 1960-1974.

Las diferencias son muchas, vivimos en una democracia, pero hay paralelismos. Otra vez necesitamos ayudas exteriores, entonces fue EEUU y el Fondo Monetario Internacional y ahora la comisión de la Unión Europea y el Banco Europeo de Inversiones. Diferentes actores, pero las mismas necesidades, y aquellas podemos contrastar y cuantificar que fueron útiles y cubrieron los objetivos.

Mientras que, de esta Agenda 2030, lo comprobaremos, aunque tenemos muchas incertidumbres, dudas y algo de escepticismo.

Tenemos un Plan 2050, lleno ideas, unas idílicas y otras llevan implícitamente un reconocimiento del fracaso en diferentes materias como la creación de empleo. En la dictadura, Franco aprobó los Planes de Desarrollo Económico y Social, tres planes para el desarrollo e industrialización de determinadas zonas a las que se les favoreció en detrimento de otras. Cataluña y País Vasco fueron las grandes privilegiadas, mientras otras se vieron abocadas a la emigración.

Esto, aún con las perspectiva de los años, no se aleja mucho de lo que estamos viviendo, ciertas regiones son favorecidas en detrimento de otras.

Este fenómeno no es exclusivo del gobierno de Sánchez, pero en esta legislatura se ha acentuado de forma notable asistiendo a un deplorable mercadeo para que pueda mantenerse en La Moncloa.

Al final hay paralelismos: Agenda 2030 y Plan de Estabilización; Plan 2050 y Planes de Desarrollo, todo ello para favorecer a unas regiones en menoscabo de otras.

Sumemos la utilización de los medios de comunicación, la propaganda victoriosa del régimen o la utilización arbitraria de los fondos públicos o la intromisión en los poderes públicos.

Posiblemente las regiones desfavorecidas tienen que empezar a fundirse en un grito unánime:

¡La Generalitat nos roba!

¡Ajuria Enea se queda con nuestro dinero!

Por todo eso pienso que este gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza, está haciendo una política claramente franquista, aunque se disfrace.

Ante la perorata, nuestra joven profesora inquiere:

—Parece que con el verano es difícil hablar contigo en serio. Estas analogías pueden ser un divertimiento veraniego, pero se aleja de tus comentarios mesurados, reflexivos y, como buen marino, más insondables.

El marino, riéndose, responde:

—Ya sabes que todo esto siempre me lo inspira mi profunda vocación marxista.

La joven profesora lo mira burlona, escéptica y algo atónita.

El marino le aclara:

—Todo esto está inspirado en aquello que dijo Groucho Marx. «Hasta cuando bromeo digo la verdad. Y no es ningún chiste», además sigo su consejo: «Reírse de todo es de estúpidos. No reírse de nada es de tontos»

Risas cómplices, se levantan y emprenden un paseo por la playa todavía con muchos bañistas, mientras comentan que, afortunadamente, aunque cada vez menos, hay vida al margen de los políticos.


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