El novillero, natural de Pepino, encara sus últimos festejos previos a la alternativa que tomará el 11 de septiembre en Valladolid y lo hace comenzando en Borox.
En esa plaza, cuna de Domingo Ortega, mató su primer becerro cuando formaba parte de la escuela taurina qué lleva el nombre del legendario torero de Borox.
En ese momento comenzaba una carrera con grandes éxitos sin caballos y con caballos cómo la puerta grande de Madrid, las tres orejas de Vistalegre o sus grandes actuaciones en plazas de la importancia de Bilbao, Zaragoza, Olivenza, Bayona o El Puerto.
Este próximo 30 de agosto la afición toledana que siempre le ha acompañado podrá volver a disfrutarle antes los novillos de Alcurrucén en una despedida de la provincia con el sabor especial de ser el mismo lugar en el que comenzó todo.