El pasado sábado 17 de julio la denominada como "zona de las piragüas" fue el núcleo de concentración de jóvenes de toda la localidad de Talavera y municipios colindantes. Como es habitual en este punto de la ciudad, los adolescentes se agrupan de forma ilegal para organizar botellones.
Aunque en esta ocasión se ha organizado con motivo del fin de exámenes y la llegada de las vacaciones de verano, es habitual este tipo de reuniones de forma reiterada cada sábado. Los vecinos, molestos no únicamente por el ruido provocado, han comenzado a disponer quejas por los desperfectos y suciedad que dejan los jóvenes a su paso.
La vecina Augusta Miranda se ha encargado de retratar cómo se encuentra la zona dónde tuvo lugar el botellón el día después de lo ocurrido mediante fotografías que ha compartido en sus redes sociales. En ellas, se pueden ver los desechos que han dejado a su paso los jóvenes tras el botellón de la pasada madrugada del sábado 17. Sin embargo, este panorama no es la primera vez que se repite, sino que sucede de forma ininterrumpida cada sábado del mes.
Si bien las autoridades se encargan de controlar la situación, es demostrable que aun falta una gran labor de contención para prohibir este tipo de celebraciones. Únicamente por el hecho de encontrarnos en la quinta ola del coronavirus, es motivo suficiente para evitar aglomeraciones numerosas como las celebradas semanalmente en la "zona de las piragüas".
Ante esto, si sumamos que el principal sector de población que encontramos en estos botellones son menores, siendo éstos los principales exponentes de los contagios a causa de que todavía no se ha comenzado la aplicación de la vacuna en su franja de edad, es motivo más que relevante para prohibir el acceso a estos lugares.
Finalmente, recordar que el ayuntamiento de Talavera ha querido expresar de forma íntegra que se opone al botellón, considerándolo una actividad ilegal e irresponsable.