Los Carmelitas descalzos fundaron su casa en Talavera de la Reina (Toledo) en el año 1699. En 1835 la devastadora desamortización acabó con este convento y los religiosos se ausentaron. Más de un siglo tardarían en volver a la Ciudad de la Cerámica. Fue el 15 de octubre de 1960. Ayer domingo, tras más de sesenta años de presencia de la Orden de Carmelitas Descalzos, de nuevo se despedían de Talavera de la Reina.
El Sr. Arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro Chaves, acudió al encuentro del clero de la ciudad y de los feligreses de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen para despedir a los queridos padres carmelitas.
Presididos, a su vez, por el Padre Provincial de la Provincia Ibérica, fray Antonio Ángel Sánchez Cabezas; concelebraron en la Misa de despedida los padres carmelitas naturales de Talavera: vino desde Segovia, el padre José María Hernández Jiménez; desde Zaragoza, el padre Antonio González López; y desde Sevilla, el padre Antonio Palencia Congregado. Desde Ávila acudió el anterior párroco, padre Julián Sánchez. Y finalmente, los dos sacerdotes que han atendido la parroquia hasta el 18 de julio de 2021: el párroco, fray Arockia Raja Kulandai Samy; y el vicario parroquial, fray Daniel Pathianathan, que además ejercía como prior de la comunidad religiosa.
El templo parroquial, cumpliendo con las medidas sanitarias, estaba lleno.
El Sr. Arzobispo repitió ante los padres carmelitas y los feligreses que esperaba que esta despedida fuera “un: ¡hasta luego!”; y pedía a la Virgen del Carmen que cuando se solucionen la falta de vocaciones, que tanto cercena a la vida consagrada, podamos contar con la presencia de los carmelitas, nuevamente, en Talavera de la Reina.