A seis días de la cita olímpica de Tokio —que espero seguir a través de la televisión con la mirada puesta en Sandra, Paco Cubelos, Fernando Alarza y Pili Peña— la fiebre periodística me continúa proporcionando más tristezas que alegrías. Y no lo digo porque el retiro obligatorio me haya sentado mal —otros menesteres más personales me mantienen activo— y sí por los últimos escándalos que se están dando con personajes tan populares e ¿intocables? como el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.
Lo de José Antonio Abellán —del que poseo abundante bibliografía porque tiempo atrás estuve maquinando en mi cerebro escribir una novela sobre el errático “perro no come carne de perro”— ha disparado todas las alarmas de un personaje del que José María García —solo faltaba que éste volviera ahora— dijo que “era el tipo que más daño había hecho al deporte español”.
Yo no voy a añadir una frase más a asunto tan espinoso, porque con motivo de mi idea —la de la novela sobre periodistas y la carne de perro— me leí de cabo a rabo el libro de Abellán “Asalto al Real Madrid” y únicamente me faltaban los nombres y apellidos de los apuntados o imaginativamente señalados, periodistas incluidos.
Ahora ya los han puesto nombres y apellidos y nada me extraña. Y no voy a insistir en sus cuitas —las de Florentino y Abellán— porque ni tengo pruebas ni, ciertamente, me importan mucho, como menos aún si se trata de un entramado de algún organismo internacional por lo de la Superliga.
Sí, en cambio, sigo desde esta Serena pausada y clara y aun no del todo cálida, la actualidad del deporte al que he estado ligado muchos años; unas veces con aciertos y otros —tal vez muchos más— con errores de los que tras pedir las obligadas disculpas supe extraer conclusiones positivas.
En en baúl de los recuerdos —almacenados aún en un cerebro que a Dios gracias me funciona bien— amenazas e insultos telefónicos de alguien que quiso convertirse en anónimo y no era otro que el presidente del CD Toledo, don Manuel Torres Astilleros (DEP), que con el tiempo se hizo hasta mi amigo y llegó —incluso— a pedirme disculpas, que por supuesto acepté de buen grado y llegué a emocionarme cuando no hace tanto me comunicaron su fallecimiento.
Intentos varios de presidentes del Talavera CF por declararme —y a La Voz del Tajo— el veto —persona non grata se decía entonces— que no cristalizaron jamás, supongo por el sentido común de algún integrante de las juntas directivas del momento. Con Juan Julián Bermúdez (DEP) mantuve siempre la distancia, pero con un grandísimo respeto mutuo. Con el tocayo Valero, lo único que se podía establecer era indiferencia porque ni el personaje —ni la persona— daba para mucho más.
Pero, con todo, lo más triste vendría en la época dificilísima del club, en la que Isidoro Sánchez Colado (DEP), que era un bendito, se dejaba llevar por las “habilidades” de Federico Gómez y tumbaron una información mía de La Voz del Tajo, relativa a las “quejas de la plantilla por no cobrar”.
La cuestión había surgido en Puertollano donde tras un gran partido en el viaje de vuelta, y en un alto del autobús —entonces la prensa viajaba con la expedición— me comunicaban que harían un plante si la semana que entraba no cobraban al menos dos mensualidades de las que les debían.
Al frente de aquella plantilla nombres —y hombres— que no voy a repetir, pero que se rajaron —textualmente— como niños al que amenazan con quitarle el juguete cuando la información apareció el martes en La Voz del Tajo.
Una carta firmada por todos ellos negando la mayor fue el trato de favor que recibí a su encomiable demanda de que publicara el hecho de “que llevaban tantos meses sin ver un duro”. En fin, cosillas del pasado donde la prensa bregaba lo suyo, al menos —pienso— que algo más que en la actualidad.
Una actualidad que, aquí en Talavera y en lo deportivo, viene dada por la última polémica entre este nuevo CF Talavera y el Ayuntamiento por lo de los campos de fútbol, algo que no es muy nuevo y personalmente ya me tocó discutirlo y razonarlo en otras épocas.
Desde la distancia no estoy muy al tanto —la verdad— de los aconteceres, por eso tal vez mis opiniones sean poco válidas. En cualquier caso sí me parece llamativo que haya tenido que ser un deportista —en concreto el atleta de UDAT Andrés Vega— quien salte a la palestra para expresar —y argumentar— una opinión, que siendo de muchos otros, hubiese correspondido tal vez a periodistas o comunicadores.
Menda, y otros más es cierto, éramos antaño los primeros en intentar exponer motivos y razones de los unos y los otros en las demandas y sus negativas. Hoy, ni una frase me he encontrado a no ser las “verdades de Vega”, que por conocidas por ustedes no voy a repetir, sobre el grupo inversor del actual club blanquiazul.
Son muchas y variadas, casi las que cuando uno estaba en activo, solía esgrimir para quitar las razones a los demandantes del exclusivismo de unas instalaciones que son de todos y las pagamos todos.
En fin... No voy a cansarles mucho más. Es sábado 17 de julio y ya de verdad parece que el verano —por las temperaturas— se hace realidad, aunque ciertamente siguen “cociéndose” en mi cerebro —ya mayor también— cuestiones que se han marchado al limbo —al silencio más bien— sin una explicación de los periodistas o comunicadores del momento en nuestra Ciudad de la Cerámica. Como cada uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras tengo preguntas sobre este nuevo CF Talavera del grupo inversor que me guardo para mí.
Esto ha cambiado tanto que a los futuros periodistas —los de hoy en prácticas— no les va a hacer mucho bien para su formación el teletrabajo. La calle, el contacto directo con los protagonistas de las noticias —los entrevistados— y sobre todo los testigos de la misma. Dice un refrán, creo que inglés, “que los que saben algo no hablan de ello y los que hablan es porque no saben nada”.
Pues queda dicho y es ahí donde se forjan los grandes de la comunicación; la creatividad propia sí hace periodistas; todo lo contrario que el corta y pega, aunque se cambien los titulares, de notas de prensa que contemplan siempre informaciones sesgadas e interesadas del emisor.
Lo dicho, razones poderosas han de tener “mis ya excolegas” para sus silencios, gracias Andrés Vega por ocupar su lugar. ¡Buen fin de semana!
PD.- Por cierto ya he recibido la segunda dosis de la vacuna. Ha sido aquí, en Castuera y sin necesidad de desplazarme a Talavera. Magnífica organización la de los extremeños...