NACIONAL

El impacto de la Covid-19 en la industria de la música en directo

INFORME

El sector supone más del 1% del PIB español y da trabajo a más de 300.000 personas

Redacción La Voz del Tajo | Domingo 11 de julio de 2021

OBS Business School ha publicado el informe Impacto de la COVID en la industria de la música en directo, dirigido por el investigador de OBS Albert Guivernau. En él se muestra el estado y la evolución de la industria de los festivales de música y su adaptación tras el estallido de la pandemia a las restricciones sanitarias. El informe analiza cuál ha sido la dimensión global del impacto económico y la transformación en el modelo de negocio.

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El sector musical supone más del 1% del PIB español y da trabajo a más de 300.000 personas, pero en los últimos años la piratería y las plataformas que ofrecen contenido musical gratuito se han convertido en algo imparable. Ello ha hecho que los conciertos en directo se hayan convertido en la principal fuente de ingresos para muchos artistas. La proliferación de festivales en todo el mundo y su relevancia mediática lleva todos los años a miles de personas a escuchar a sus ídolos en directo. Los 25 festivales de España con más asistencia en 2019 reunieron a 3,25 millones de personas. Este ranking lo encabezaron el Medusa SunBeach Festival (con 300.000 participantes), seguido del Arenal Sound y Viña Rock. Otros encuentros con gran asistencia fueron el Primavera Sound, el Mad Cool Festival, el Summer History o el Sónar.

Según el informe de OBS, la irrupción de la pandemia y la suspensión de la mayoría de los conciertos llevó a muchos artistas a crear nuevos formatos para hacer llegar su música a los fans. Los ingresos a través de ventas digitales por reproducciones en streaming aumentaron un 24%, aunque según el presidente de ARTE (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo), “los derechos que obtienen los artistas por esta vía son escasos y benefician sobre todo a los artistas internacionales más escuchados.

Con la vacunación y la inmunidad de rebaño a la vista, se están retomando algunos de los festivales que han conseguido sobrevivir adaptándose gracias a la innovación tecnológica y a la creatividad humana.

2020: DEL ÉXITO AL FRACASO

2020 apuntaba convertirse en el mejor año de la historia para la música en directo, pues entre los meses de enero y febrero hubo un incremento de conciertos del 21,92% con una facturación 59,55% mayor que en el mismo periodo de 2019. Sin embargo, la llegada de la pandemia tiró por tierra cualquier previsión. El Anuario de la Asociación de Promotores Musicales de España (APM) reveló una caída del 87% en el número de conciertos y del 63% en la facturación de 2020. Las pérdidas ascendieron a 1.000 millones de euros directos y 7.000 millones de forma indirecta, lo que supuso un retroceso para el sector de unos 15 años, cuando la industria de la música en directo no estaba tan desarrollada en España.

En 2020 se celebraron 11.851 conciertos frente a los 91.106 de 2019, con 2.536.318 espectadores muy por debajo de los 21.667.930 de 2019. Por comunidades autónomas, Cataluña lideró el sector con 28,2 millones de euros, seguida de Andalucía (26,3 M€) y Madrid (22,8 M€). Por provincias, la primera fue Madrid (22,8 M€), y tras ella Barcelona (21,2 M€) y Sevilla (6,2 M€).

2021: ¿LA RECUPERACIÓN?

Este verano se presenta con algunos festivales, pero sin sus principales citas o, como mínimo, no en sus concepciones más tradicionales. Los organizadores hablan de una mayor flexibilidad en la organización y el montaje que otras citas europeas como el Glastonbury, que en enero canceló su edición de 2021 porque requería de varios meses de preparación.

Algunos festivales como Mad Cool, la mayor cita de Madrid, Primavera Sound, que tradicionalmente marcaba el inicio de la temporada, y Sónar de Barcelona ya se han aplazado hasta 2022. Otros, como el Sonorama de Aranda de Duero mantienen su cita, pero con medidas extraordinarias. En 2021 difícilmente veremos carteles de 50 artistas o varios escenarios y todavía no se sabe si se podrán recuperar los macrofestivales de cara al próximo año: las expectativas son positivas, pero en ningún caso se volverá a niveles de facturación o asistencia anteriores a la pandemia.

La industria musical está trabajando bajo mínimos, con las estructuras financieras y de producción muy dañadas. Y, además, cualquier confección del cartel requiere una planificación previa imposible con la situación actual. Por eso, después de las primeras cancelaciones de 2021, los promotores buscan alternativas con formatos más pequeños para no repetir las pérdidas de 2020. Ya han pagado anticipos a algunos grupos y, aunque el riesgo de la inversión es elevado, confían en recuperar parte del terreno perdido.

Según indica el informe de OBS, el sector se queja de la elevada inseguridad jurídica existente sobre eventos, cancelaciones, aforo y limitaciones de actividad o movilidad.

DEMANDAS DEL SECTOR

La duración de esta crisis hace insuficiente cualquier ayuda económica lograda: se necesitan presupuestos excepcionales de manera urgente. Los promotores de festivales reclaman a la Administración Pública ser capaz de ofrecer respuestas a la velocidad que el sector y la propia realidad exigen, aligerando la carga burocrática que impide adaptarse con rapidez a una realidad cambiante; la flexibilización de las licencias y la tributación a la seguridad social, flexibilidad tributaria; y un cronograma temporal para todos los agentes económicos que deje claro qué se puede o no se puede hacer, y que ofrezca un marco de seguridad tanto a promotores como a participantes en los festivales.E

El sector pide garantías, seguridad y un mayor apoyo de las administraciones. Un paquete de ayudas directas (fundamentalmente subvenciones) e indirectas (facilidades de préstamo o incentivos para la organización de eventos) junto con la armonización de medidas entre comunidades autónomas para organizar conciertos y festivales, ya que muchos promotores operan en el conjunto del territorio y se encuentran con una disparidad de criterios entre comunidades que les reduce oportunidades laborales.

Afirma Alberto Guivernau que “este sector está pasando un bache que, vistos los aplazamientos, habrá durado como mínimo dos ejercicios. Por ello solicita un plan de compensación por todas las pérdidas sufridas en línea con los que han elaborado otros países”.

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