El Camino Rela de Guadalupe que hace unos días iniciaba Álvaro, desde Talavera de la Reina, junto con su padre Ildefonso y su padrino Carlos, ha llegado a su fin. Hoy han cogido rumbo a Málaga después de vivir una “experiencia inolvidable”.
“Volvemos desde Guadalupe con las mochilas llenas de amor”, ha dicho su padre en un vídeo de agradecimiento en la red social Twitter.
También ha aprovechado para agradecer el apoyo de los ayuntamiento y la gente “que nos hemos cruzado durante el Camino”, y al arzobispo Francisco Cerro por su recibimiento.
Tampoco han faltado palabras de agradecimiento “muy especialmente”, para Diego Hernández, portavoz del Camino Real de Guadalupe. “Qué Dios le bendiga”.
“Nunca hubiésemos imaginado tanto amor, tanto amor de Dios, en el Camino”, ha remarcado.
Durante siete días los tres recorrieron 120 kilómetros hasta llegar al Santuario de Guadalupe, con motivo del Año Jubilar, donde fueron recibidos por el arzobispo Francisco Cerro.
La Basílica de Talavera de la Reina fue el punto de partida donde comenzaron la peregrinación, recorriendo el Camino Real de Guadalupe con motivo del Año Jubilar Guadalupense.
Este recorrido lo realizaron en seis etapas -Calera, Oropesa-Puente del Arzobispo…-, concluyendo en la Puebla de Guadalupe, este martes 22 de junio.
Álvaro llegó a Guadalupe y fue recibido por el alcalde y la concejala de la ciudad. Sin embargo, la imagen que dejaba sin palabras a los que estaban con Álvaro fue el gesto que tuvo el arzobispo de Toledo con el pequeño. Francisco Cerro, permitió que el pequeño Álvaro le diera su bendición. “Es impresionante” escribieron desde la cuenta de Twitter.
Álvaro, junto con su padre Ildefonso y su padrino Carlos, entregaron a los pies de la Virgen las peticiones que han estado recibiendo durante estas últimas semanas
Este miércoles, 23 de junio, la familia retoma la ruta hacia su casa en Málaga. “Le damos gracias a Dios por este camino maravilloso que nos ha regalado, por cómo nos ha cuidado, ha puesto todo a nuestros pies. Vuelvo a repetir lo bien que se han portado todos con nosotros”.
Álvaro forma parte de una familia malagueña compuesta por sus padres, Ildefonso y Raquel, junto a 10 hermanos. Este adolescente nació hace 15 años con una discapacidad intelectual, debido al síndrome de syngap, pero que cuenta con “otras altísimas capacidades” como subraya su padre. Ildefonso Calvente matiza que su hijo “nos ha enseñado, por ejemplo, que no hay nada imposible y que Dios siempre va por delante”.