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Mi adiós a don Joaquín (Una anécdota)

Versos y romances

El ciego del Berrenchín | Martes 18 de mayo de 2021

Llora Talavera, llora…
que te sobran los motivos;
ayer se marchó Joaquín
de aqueste lugar de vivos.

Lágrimas en mis ojillos
recuerdan vasos de vino,
apostados en la barra
discutiendo del divino
en Marqués de Mirasol,
al ladito de LA VOZ
y con algunos testigos…

Sí, ¿no te acuerdas?
¡Claro, de Morales!
Cuando el efluvio te dijo,
aquel momento maldito,
sé que perdí los modales,
que yo era mejor poeta
que vos enorme Benito.
Y tú ni te inmutaste…

Tu respuesta discreta
la llevo de penitencia
por mi burda altanería.
¡Claro que sí POETA!

Me soltaste ese día.
Y brindamos al momento
por tu obra y por la mía…
Mi pobre obra… De Lucas…

¡Qué tamaña tontería
se dicen con cuatro chatos
esperando llegue el día!

Llora Talavera, llora…
pero llora de alegría,
Que se fue don Joaquín,
mas nos dejó su poesía.

Pasé hoy por Mirasol
y me puse de rodillas;
cambió la forma del bar
y ya no existe la esquina
donde este pobre juglar,
sí, éste ques de Parrillas,
quiso a poeta jugar
frente a VOS…
de pluma fina.

Tampoco está allí la VOZ…
sí aquí, y mi condolencia,
mi admirado don Joaquín,
y también mi penitencia
que habrá de acompañarme
hasta el fin de mi existencia.

Llora Talavera, llora…

Un abrazo al profesor y al poeta, que habrá de compartir con algunos de los que esa noche de farras en el antiguo Bar de Mirasol, escucharon a este ingenuo ciego perder los papeles y decirle que “yo era mejor poeta que tú”. Compártelos con Ricardo Martín Colmenero, Gabi y el propietario entonces del garito Fernando. Un fortísimo abrazo a todos.


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