La Orilla Derecha
Rafael de la Cruz | Martes 27 de abril de 2021
Ella es esa estación convertida en mujer. Su proximidad da sentido a las palabras de Emma Racine de Fleur “ En la primavera el amor se respira en el aire. Cuidado con las pasiones voladoras o los besos que pasan volando al lado de tu cabeza”. Así es ella, fuente inagotable de besos deseados, de amores inspirados, de pasiones renacidas.
Ella es vida y frescor, es abrir la ventana para que el olor a sal y mar oreé las estancias de mi vida, para que mi mirada se llene de flores y cielo azul, para que surja en mi una sonrisa que busque la suya, para que un beso húmedo cómo el agua del manantial impregne mi alma que se deja llevar por su lengua atrevida y exploradora.
Ella es el canto de todos lo pájaros que anuncian que el día será perfecto para la vida, para el abrazo, para el amor. Melódica banda sonora, notas en el pentagrama del horizonte que componen una sinfonía hipnótica, formada por los ecos de sus risas, de sus palabras, de sus gemidos en mi oído, notas que nacen del más perfecto instrumento, su boca.
Ella es la mullida alfombra de hierba bajo la sombra de un árbol, su piel el suave y terso paraíso del reposo, del renacimiento. Escenario de incruentas batallas en el que su deseo y el mio se enfrentan en interminables búsquedas del placer del otro, abejas libando de la flor más repleta hasta saciarse del néctar del placer.
Ella es primavera, pasión, deseo,beso, vida y frescor. Ella es sonrisa y música, abrazo y amor. Ella es paraíso y placer, ella es el final definitivo del invierno, destino tan soñado como esquivo, real por fin en los infinitos confines de su cuerpo, escultura perfecta surgida de mis sueños. Ella es todo eso y lo es todo. Ella eres tu.
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