Abril es el mes de concienciación de la rosácea. Si padeces está enfermedad habrás tenido que oír preguntas como: ¿Te da vergüenza? ¿Te has quemado? La respuesta es no. La rosácea es una enfermedad crónica que afecta a la piel y algunas veces a los ojos. Causa enrojecimiento debido a la dilatación de los vasos sanguíneos y puede producir pequeñas protuberancias rojas llenas de pus.
La rosácea afecta generalmente a la zona facial (mentón, frente, pómulos y nariz) y puede pasar por diferentes grados.
GRADOS DE LA ROSÁCEA. Existen tres tipos de estadios que se pueden experimentar.
Grado 1: Se produce una rojez difusa permanente en la zona de las mejillas y la nariz. La piel se inflama y es habitual sentir dolor o ardor en dicha zona.
Grado 2: Se aprecian los capilares a simple vista. Se ve un enrojecimiento general de la cara y aparecen alteraciones similares al acné. En los brotes aparecen pequeñas pústulas o granos, sobre todo en la zona de las mejillas. La piel adquiere un aspecto graso y se vuelve muy sensible.
Grado 3: Se produce un engrosamiento de la piel. La piel se vuelve rugosa y aparecen los bultos internos. La región a la que más afecta es la nariz, aunque puede aparecer en otras partes de la cara.
CÓMO TRATAR LA ENFERMEDAD. Aunque la rosácea es una enfermedad crónica, existen diversos tratamientos para mantenerla a raya y evitar que aparezcan brotes. No es una enfermedad grave, pero si afecta a la estética y eso puede producir baja autoestima para quien la sufre. Lo más importante es dar con productos especiales para este tipo de pieles y no usar cualquier cosmético.
Lo ideal es hacer una visita al dermatólogo para que estudie nuestro tipo de rosácea y hacerle frente con un tratamiento especializado. Además, el uso de protección solar durante todo el año es primordial para evitar un empeoramiento de la piel.
Es muy habitual que si se sufre rosácea aparezca el llamado Demodex, un ácaro que se instala en los folículos de las pestañas, se expande por el resto del rostro y produce las pústulas. Erradicarlo será el primer paso para mejorar el equilibrio de nuestra piel.
Actualmente además de tratamientos tópicos o por vía oral, existe el uso del láser para eliminar las estructuras alteradas que provoca la rosácea.
ALIMENTACIÓN. Para combatir la rosácea, aparte de mantener nuestra piel correctamente hidratada, será fundamental llevar una dieta equilibrada.
Los alimentos que provocan la dilatación de los vasos sanguíneos hacen que aumente la rojez. Por ello conviene evitar alimentos como: café, alcohol, bebidas azucaradas con cafeína, bebidas muy calientes, chocolate, fresas, kiwi, plátano, comida basura, picantes, embutidos fuertes y algunos lácteos, entre otros.
Sin embargo, los alimentos ricos en vitamina A, como las zanahorias, la calabaza, la papaya o el melón, son muy beneficiosos para las personas que sufren rosácea.
CONOCE EL DESENCADENANTE. Lo más importante es identificar que provoca el empeoramiento de la rosácea, para lograr mantener el equilibrio de la piel lo máximo posible.
Aunque para cada persona son distintos, los cambios bruscos de temperatura y los momentos de estrés pueden agravar su aparición. Los exfoliantes agresivos y no usar el maquillaje adecuado provocaran el aumento del enrojecimiento. Además, es preferible ducharse con agua templada y evitar aquellos lugares donde haya excesivo contenido de cal.
Otro de los desencadenantes que ha surgido a raíz de la pandemia es el uso de la mascarilla durante muchas horas. Se recomienda usar mascarillas con tejidos especiales e hidratar mucho la zona antes y después del uso.
Aunque es una enfermedad crónica, con un cuidado especial y un tratamiento adaptado se puede hacer frente a ella. Famosos como Dani Martín, Paula Vázquez, Cameron Díaz o Cynthia Nixon, entre otros, también la padecen y dan visibilidad sobre ello en sus redes sociales.