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ENTREVISTA | Mª Ángeles López, más de 30 años dedicados a Talavera

El pasado 3 de marzo se jubiló tras pasar media vida al servicio de la ciudad. “Tenemos una ciudad con pasado, presente y futuro. ¡Cuidémosla!”

Redacción La Voz del Tajo | Viernes 02 de abril de 2021

33 años, un mes y 5 días. Este es el tiempo que María Ángeles López Esteban ha dedicado a Talavera de la Reina. Toda una vida. Y lo que le queda por dar a esta mujer incombustible, decidida, solidaria y “amante de Talavera, su comarca y sus gentes”, comenta a La Voz del Tajo con el entusiasmo que la caracteriza.

“Cuando decidí estudiar para sacarme unas oposiciones, hace ya algunos años - comenta con una sonrisa que se intuye bajo la mascarilla-, mi padre me lo dejó bien claro: no vas a trabajar para el Ayuntamiento. Trabajarás para la gente. No lo olvides…. Y no lo hice”. Y ese mantra, “el trabajar para mis vecinos y ayudar en lo que pueda”, ha acompañado a Mª Ángeles en cada uno de los puestos que ha desempeñado a lo largo de su carrera. Ha trabajado en la Policía Local, Bomberos, Servicios Sociales, Cultura…, “y a día de hoy me sigue buscando la gente para pedirme consejo o ayuda”.

En Servicios Sociales estuvo 26 años. “He vivido muchas experiencias. En Servicios Sociales viví la ciudad desde dentro, con sus luces y sombras. Pero si algo he aprendido a lo largo de los años es que la gente es buena. Y de buenas personas está llena mi Talavera amada. Cuando hace falta ayudar al prójimo, ahí estamos”.

Durante los más de treinta años de servicio público, Mª Ángeles ha tenido la “fortuna” de conocer a grandes profesionales, ya sean compañeros de trabajo, responsables de asociaciones o políticos, y “siempre me he sentido querida y respetada por todos, independientemente de quien gobernara”.

Charlar con Mª Ángeles es descubrir parte de la historia reciente de Talavera. Su tono amable te envuelve en sus vivencias, y el brillo de sus ojos -que nunca mienten- confirman que cada día que se ha levantado para trabajar lo ha hecho con la idea clara de “ayudar a mi ciudad”. Los últimos seis años de su vida laboral -se jubiló el pasado 3 de marzo- los pasó en el Centro Cultural El Salvador, “un lugar lleno de arte, y que siempre llevaré en mi corazón”.

Y como era de esperar, preguntarle por alguna anécdota que recordara especialmente fue como pedirle a un padre que elija a qué hijo quiere más. Algo imposible.

Y entre anécdotas en Servicios Sociales -unas más duras que otras-, actos protocolarios en el Ayuntamiento (la escalera... Mª Ángeles), o la visita de “incógnito” de James Costos, exembajador de Estados Unidos en Madrid, al CC El Salvador, “eso demuestra que Talavera tiene mucho que enseñar”, recalca efusiva, llegamos a otras de sus pasiones y que refleja su alma talaverana: la cerámica.

Y es que hablar de Mª Ángeles López es hacer, también, de cerámica. Buen ejemplo de ello son las piezas que inundan su casa. “Nos encanta la cerámica. En la medida de lo posible, hacemos que forme parte de nuestra vida y recuerdos”, comenta orgullosa. “Este tesoro que tenemos en Talavera, este arte, debemos cuidarlo y hacer que su historia pase de generación en generación”, reclama orgullosa; y sin olvidar que “somos Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y digo “somos”, porque Talavera y los talaveranos y talaveranas somos cerámica”.

La charla, que no entrevista, llega a su fin. Y una emocionada Mª Ángeles no puede dejar pasar la oportunidad para mostrar el amor que profesa a su familia: Pablo Sánchez Corrochano, “mi marido, mi amado”; sus hijas Goretti, Paula y Amalia; y sus nietos, Alfredo, Paula y Andrés. “Ellos son mi tesoro”.

La mujer que custodió durante años el “tesoro de Ruiz de Luna”, protege el suyo con la misma pasión. “Tengo una bonita familia. Y damos gracias a Dios por ello”.

Mª Ángeles ha puesto fin a su carrera profesional, pero continúa, “en lo que puedo”, ayudando a la Ciudad de la Cerámica y su gente. A su amada Talavera. “Tenemos una ciudad con pasado, presente y futuro. ¡Cuidémosla!”.

Por María Ángeles López Esteban:
“Talavera es azul como el cielo que la cubre y las cerámicas que la bordan. Huele a primavera, incienso y nardos, es Semana Santa. ¡Como huele a azahar mi patio talaverano! Donde el mirlo juega entre las hojas del viejo olivo y el viento los acaricia. Las cigüeñas de la torre de la Colegial lo miran, y yo mientras tanto relato pensamientos en silencio. ¡HASTA SIEMPRE!

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