Hace solo unos minutos que Alberto me ha comunicado el fatal desenlace: “Ha muerto Felipe Medina”. Y sigo impactado, de ahí que no sé si seré capaz de engarzar algunas líneas con sentido. Pero lo voy a intentar. Y es que, paradojas del destino, Felipe ha transitado toda su vida laboral por los caminos de la muerte.
Sí, ayudando a todos aquellos en situación de shock por la marcha de algún ser querido, porque “el miedo nos hace a menudo vivir de espaldas a la muerte, como si esquivando la idea de ese final inevitable nos aliviáramos de una carga pesada la asfixia”.
Y ese sentimiento, seguro, que además de sus hijas y seres queridos, les estará acompañando a tantos amigos como nos deja hoy aquí. Y multitud de admiradores, sin duda, de sus múltiples facetas.
Referir aquí mi relación con Felipe no tendrá ya mucho sentido, porque soy de los que piensa que ceñirme a los tiempos verbales en pasado deja un sabor ácido, un extraño regusto de desazón en el fluir de las palabras y su obra quedamente reflejada en las hemerotecas con multitud de opiniones, crónicas, poesías o esas fotografías de todo tipo, que sin duda era una de sus pasiones. Y aquí les dejo algunas de ellas.
Hoy, Felipe Miguel Medina Muñoz, está ya junto a su amada Chelo, que fuera mi compañera de trabajo hasta que nos dejó. Y allí le habrá recibido con el cariño y el amor que ambos se profesaban, producto del que han nacidos sus otras dos pasiones, sus hijas.
El 13 de octubre de 2009 en mi columna de esta VOZ del Tajo amada, y en la que durante tiempo ha contribuido a engrandecer aunque a veces fuera como el Guadiana, venía a escribir sobre el amigo Felipe, “puede que haya asuntos de suma importancia, o de mayor enjundia, o menos según cada uno lo vea, que sean opinables para los que en esta ciudad tenemos residencia. Pero como no tengo muchas ganas de dar tarantela, dedico el espacio a felicitar a los amigos, que también es honorable. Digo yo. Y en esa lista, turno para hacerlo públicamente al compañero y amigo Felipe Medina por la puesta de largo de su libro ‘Contrastes’. Y con un deseo que suena a firmeza: los triunfos nacen cuando nos atrevemos a comenzar. ¡Enhorabuena!”.
Hoy no voy a insistir mucho más, y es menester que nos quedemos con los fragmentos de su vida que se entreveran en las nuestras y sigamos andando, como él hizo, por calles, plazas y plazuelas de su querido barrio y su amada Talavera. No estaremos solos, acompañados por su recuerdo. Decía Felipe en uno de sus poemas bajo el título de...
La muerte
¿De qué sirven la soberbia o
la avaricia,
el odio o la codicia,
el rencor o la arrogancia?
¿De qué sirven,
si la muerte presagiada
y desairada
va a fallar dictamen,
nos va a trasnochar en el olvido
y nos va a quitar el nombre y el tejido?
¿De qué sirven la riqueza,
la usura y la avidez,
si nuestro fin será
la álgida desnudez de la muerte,
fría como el hielo,
que se viene tras un velo?
Descansa en paz ya, amigo, junto a tus muchos seres amados que te estaban esperando. Al menos allí donde estés será éste un día de fiesta. Mi abrazo para sus hijas y nietos.
Aquí les dejo con algunas muestras de su obra en esta su VOZ del TAJO en la que comenzará a colaborar allá por los años setenta. Disfrútenlo.