Esta madrugada del sábado 27 de marzo nos llegaba la más que triste noticia del fallecimiento de Felipe Medina Muñoz, durante muchos años cronista taurino y colaborador de diversas secciones en nuestro medio, La Voz del Tajo. El maldito COVID le ha segado su vida de forma fulminante. Parece ser que en los últimos días no se encontraba muy bien hasta que en la tarde del viernes tuvo que ser ingresado en el Hospital Nuestra Señora del Prado donde murió esta madrugada.
A los 61 años nos dejaba Felipe, que desarrollaba su profesión como trabajador de la empresa Santa Lucía y que durante muchos años también lo hizo para la que siempre fue su casa, Hermanos Agüero. Medina era prolífico en la creación tanto de artículos de opinión como de crónicas del mundo taurino, de poemas de diversa índole, de innumerables colecciones de fotografías –una de sus mayores pasiones– o de mil iniciativas que siempre mostraban su incorformismo por casi todo. Desde el amor a su familia y a su querida Talavera quiso, en todo momento, enseñar al mundo su forma de ver la vida, desde el prisma de 'un verso suelto' como siempre quiso catalogarse.
Durante décadas demostró el apego a esta cabecera, no sin cuestionar –en muchas ocasiones– hasta la el color de cielo. Él era así, había que comprenderle y se le quería, se le quería mucho. En esta última etapa de su vida compaginó su tiempo libre con las labores de presidente de la Asociación de Vecinos 'El Parque' en la Ciudad de la Cerámica, un barrio al que quiso revitalizar con multitud de medidas en beneficio de sus cercanos.
Durante el día de hoy les podremos ofrecer parte de su quehacer vital e intelectual, muy cercano siempre a La Voz del Tajo, desde la pena que nos embarga por su tan temprada partida. Del mismo modo nos unimos al dolor de sus hijas y su nieta junto con el resto de su familia, entre la que nos encontramos. Que la tierra te sea leve, compañero.
Esta madrugada, pasadas las doce de la noche su restos mortales serán incinerados en las instalaciones del Tanatorio Hermanos Agüero. Descansa en paz, querido Felipe.