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CULTURA | Ya puedes ver la exposición temporal en el Museo Ruiz de Luna

Homenaje que pretende visibilizar a las mujeres en la cerámica

David Martínez | Miércoles 17 de marzo de 2021

Con motivo del día Internacional de la Mujer, 8 de Marzo, el Museo Ruiz de Luna quiere sumarse a esta celebración en un año tan atípico como el que vivimos.

Este pequeño homenaje pretende, un año más, visibilizar a las mujeres en la cerámica, tanto sirviendo de inspiración en su temática como realizando también diferentes labores en los alfares. Trabajo poco reconocido y que pretendemos reivindicar como parte importante de los procesos artesanales cerámicos de nuestra ciudad.

La aportación consiste en la exposición de una pieza con motivos de mujer que aunque el tema pertenece a la Biblia y hoy puede resultar poco actual, lo cierto es que muestra un gran valor pictórico y sobre todo una delicadeza decorativa exquisita.

La pieza pertenece al alfar de Julián Montemayor, echada en 1920 y dedicada a su mujer, y por ello se ha creído oportuno situarlo junto a la portada de este ceramista expuesta en el museo.

Junto a ella aparecerá un cartel explicativo tanto de la temática como de las características técnicas de la obra. Estará expuesta hasta el día 23 de marzo.

LA OBRA. Se trata de un plato decorado por el pintor ceramista Salvador Montero —autor asimismo de la portada del Alfar que también podemos contemplar en este Museo— reproduciendo la obra de Bartolomé Esteban Murillo “Rebeca y Eliezer”, historia tomada del Antiguo Testamento.

Utilizando este pasaje del Génesis se nos remite al sentido sagrado del matrimonio y nos retrata a la esposa ideal como mujer preocupada tanto por el cuidado de su marido como por la atención a la economía familiar, representada en este caso por los camellos, animal de vital importancia para un pueblo nómada del desierto como era el hebreo.

Además, se da el caso de estar dirigida a la esposa de un ceramista: toda una declaración de intenciones y un reflejo de los papeles que cada sexo debía representar en la sociedad de entonces, de un sesgo eminentemente patriarcal, como el propio relato bíblico del que toma el motivo.

La escena presenta el momento en el que Rebeca, al pie del pozo, ofrece de beber a Eliezer, criado de Abraham, notándose la ausencia de los camellos que el pintor sevillano sí recoge en su lienzo, demostrando ser la elegida para convertirse en la esposa de Isaac, futuro del pueblo de Israel.

Técnicamente, es una obra en cerámica mayólica con esmaltado en blanco lechoso de estaño y decoración polícroma en azules de cobalto, verdes de cobre, ocres de hierro, amarillos de antimonio y la incorporación del rojo vivo en el manto de Rebeca, destacando por las tonalidades pastel y el preciosista dibujo de muy fino trazo características tanto del pintor que nos ocupa como del propio Alfar de Julián Montemayor.

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