La sordera súbita podría ser una complicación excepcional del COVID-19, debido al daño que puede provocar el virus SARS-CoV-2 sobre el nervio auditivo. Es una de las conclusiones extraídas de una revisión bibliográfica, realizada por miembros de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). Por este motivo, la SEORL-CCC ha puesto en marcha un estudio retrospectivo y prospectivo para registrar los casos de sordera súbita relacionados con el virus SARS-CoV-2 detectados en España en 2020 y 2021. El 3 de marzo se celebra el Día Mundial del Cuidado del Oído y la Audición con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de la audición en la calidad de vida y la necesidad de ofrecer soluciones a todas aquellas personas que sufren pérdida auditiva.
Hasta el momento se han localizado 12 casos de sordera súbita en pacientes con COVID-19 en todo el mundo, aunque se desconoce si la incidencia podría ser mucho mayor. “Se sabe que el virus SARS-CoV-2 puede afectar a múltiples órganos, incluyendo el sistema nervioso central y periférico. Provoca la liberación de citoquinas y puede inducir daño auditivo, endotelitis y afectación de la función microcirculatoria. Además, puede invadir el nervio coclear, causando una neuritis, o afectar a los tejidos blandos de la cóclea causando cocleitis”, explica la doctora Mª José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC y una de las autoras que han participado en la revisión bibliográfica junto con los doctores Carmelo Morales, Guillermo Plaza y Pablo Parente. Por otro lado, la infección por el SARS-CoV-2 se ha asociado con complicaciones trombóticas, tanto arteriales como venosas (sobre todo estas últimas) que podrían contribuir al desarrollo de hipoacusia neurosensorial en algunos casos.
La sordera súbita (SS) presenta una gran variabilidad entre diferentes países, así como una incidencia relativamente baja (