OPINIÓN

OPINIÓN I 'Carta a Lluis Orriols', por Elena Paniagua

Mª Elena Paniagua | Miércoles 24 de febrero de 2021

Escucho con asombro sus palabras, en relación a los disturbios que en estos últimos días suceden por algunas de las principales ciudades de nuestro país, de las cuales son culpables jóvenes, como hemos escuchado en los telediarios, de entre 14 y 25 años.

Dice usted que viendo todo esto, se debería hacer un estudio del porqué, estos jóvenes provocan estos “sucesos” digámoslo así; dice también que son los más perjudicados en educación, sanidad, empleo etc etc.

Realiza usted su comentario a modo “pobrecitos no les queda otra salida” estudiemos su comportamiento porque debe ser por algo. A mí esto, corríjame si me equivoco, me suena a disculpa por no decir defensa, de todo lo que están haciendo.

Y pensando en sus palabras he decidido hacer un estudio por mí misma, sobre el mismo grupo de población, por supuesto, comprendido entre las mismas edades que se vienen publicando en las noticias.

Lo haré en función del cargo que represento, madre de cuatro hijos y gestora al 50% de una pequeña empresa, junto con mi marido el mejor administrador del mundo: mi casa. Esta empresa para darle pistas, nunca ha dado pérdidas, no hemos necesitado de rescates, préstamos y otros mecanismos para reflotarla. Es solvente y/o autosuficiente en base al sacrificio y como decía antes una muy buena administración, casi como funcionan la gran mayoría de hogares de este país. Lo digo para que sepa que apenas le costamos dinero a las arcas públicas, más bien al contrario.

Pero usted se permite la licencia de expresar a modo de amparo, que estos chicos que van quemando, insultando, destrozando y robando, tienen algún motivo para ello.

Pues bien le voy a describir con datos, el comportamiento y la actuación de un conjunto de jóvenes que hacen lo que hacen, cuando se les ha enseñado y educado en el valor del trabajo, el sacrificio y como decía anteriormente, la buena administración.

Joven de 25 años, graduado en magisterio por la UCLM, al terminar la universidad comenzó su primer trabajo de dos meses como sustituto en un colegio de la localidad. Al año siguiente trabaja el curso completo en otro colegio y el tercer año, que es en el que nos encontramos lo vuelven a contratar. En las horas libres da clases particulares a otros niños, uno de apoyo escolar otro de guitarra y otro de piano. Es catequista de otro colegio con un grupo de chicos, y colabora también en su parroquia con otro grupo más de adolescentes. Le gusta la música, perteneció a un grupo y escribe canciones y a veces me deleita con un concierto en casa cuando ensaya algo. Fin de carrera con un notable de media.

El segundo joven, 22 años, estudió el grado superior de TAFAD y después entró en la UCLM donde se encuentra cursando 2º de magisterio. Ha trabajado durante dos veranos como socorrista en distintas piscinas y el próximo verano también baraja la posibilidad de volver a hacerlo. Trabajó también durante un curso como monitor/entrenador con niños en una escuela de fútbol base de la ciudad. Es delegado de su clase mediando activamente entre sus compañeros y el equipo docente.

Tercer joven 20 años, mi hija, es estudiante de 3º de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, se ha quedado con las ganas de irse de Erasmus por culpa de la pandemia, que por otra parte, sin beca, no sé cómo lo habríamos pagado. Trabajadora incansable y perfeccionista de sus obras, no es muy buena con los números, pero nadie es perfecto. Acabó bachillerato con notable alto.

Y el cuarto joven a punto de cumplir los 19 años cursa 1º de un doble grado en la Rey Juan Carlos, compagina sus estudios con el fútbol lo cual no facilita nada la asistencia a clase, pero trabaja también incansablemente para sacarlo todo adelante. Acabó su bachillerato con sobresaliente y doble titulación española y francesa.

Como puede comprobar son chicos que se dedican a lo que es normal en su edad estudiar y trabajar. Nunca han provocado altercados, ni broncas, ni riñas, ni han quemado mobiliario urbano, ni han pegado ni apedreado policías, ni han saqueado tiendas, ni lanzado adoquines, como decía LO NORMAL.

No pretenda Sr Orriols aparentar que si estos jóvenes hacen eso, es por “algo”, o sea, que les excusa por lo que hacen, como si fueran no libres de elegir sus actos, de decidir si van a quemar Barcelona o buscan un empleo y créame, siempre se ha dicho que el que quiere trabajar, trabaja.

Por si este estudio no le pareciera demasiado completo y considera que la muestra es escasa para aportar datos, le recomiendo que lea el artículo publicado hace aproximadamente un año 07/03/2020 ç “Ruido de maletas…” (Artículo de opinión en La Voz del Tajo) en él se explica el comportamiento de unos 1.000 jóvenes aproximadamente de edades similares y lo que hacen durante cuatro días, por supuesto nada de vandalismo.

Pero le diré más, en distintos congresos que he participado de Familias Numerosas, se hablaba también de la buena salud de los pertenecientes a este colectivo y de cómo suelen comportarse habitualmente.

Aun así en mi entorno cercano no conozco casos de estos, quiero decir que el suyo también sería un estudio con una muestra bastante pequeña, la diferencia entre ambos es que el mío no ha costado nada y el de usted seguro que mucho, así que déjelo no se moleste, no merece la pena gastar dinero público en estudiar el comportamiento de unos cuántos “salvajes” (porque ya lo vemos en los telediarios) que más pronto que tarde serán carne de cañón, lo que siento es que acabarán en la cárcel y seguiremos gastando dinero público por su culpa, ahora, para arreglar todo lo que van arrasando, después en mantenerles.

Además seguro que en la cárcel, viendo su negro futuro, les dé por estudiar una carrera que no les costará nada, muy al contrario que a mi marido y a mí, que cada curso debemos hacer encaje de bolillos para pagar los alquileres de mis hijos, que como ya expliqué estudian fuera de casa.

Bueno Sr Orriols un saludo, espero que no se ofenda, no era mi intención.

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