Esperando que concluyese la retransmisión en directo, desde Roma, presidida por el papa Francisco, el 2 de febrero, celebrando la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el señor Arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro -comenzaba diez minutos después- dicha celebración desde la Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina.
La vida consagrada, afirma don Francisco -recordando el mensaje que para esta jornada han escrito los Obispos españoles- es “una parábola de fraternidad en un mundo herido”. Esta Jornada de la Vida consagrada, “quiere ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor”.