Talavera de la Reina y su comarca (la Ciudad de la Cerámica y 74 municipios más, alcanzando –por ejemplo– hasta Quismondo por la A-5, vea el mapa más abajo) han sido fuertemente afectadas por la tercera ola de la COVID-19. Aunque hasta ahora la pandemia había afectado al grupo de personas de avanzada edad, lo cierto es que los datos actuales lo desmienten.
En esta tercera ola, se ha percibido claramente que los pacientes ingresados, incluyendo los de UVI, son de menor edad que en la primera oleada de casos.
Así, al Hospital de la Ciudad de la Cerámica está llegando gente muy joven, con cifras muy preocupantes respecto a los ingresos en UCI, ya que la media de edad de estos pacientes ha bajado considerablemente. Esta situación puede venir provocada porque las personas de edad, y más vulnerables, se hayan protegido más, a la vez que la población que se ha sentido más indemne ante la enfermedad haya minusvalorado el riesgo.
Respecto a ciertos rumores que han circulado en los últimos días acerca de supuestas derivaciones de enfermos desde la capital regional al Hospital Nuestra Señora Del Prado, La Voz del Tajo ha consultado sobre esa información a fuentes sanitarias y los datos arrojan que el 88% de las urgencias y los ingresos totales en esta semana (del 18 al 24 de enero de 2021), incluidos pacientes con covid-19, son del área de Talavera, a los que habría que añadir el ingreso de diez pacientes de Toledo, nueve del Valle del Tiétar y siete pacientes de otras provincias.
Esas mismas fuentes han confirmado a nuestro medio que los ingresos de otras provincias no han sobrecargado ni las urgencias ni las plantas. Hay que recordar, sin embargo, que en nuestro país existe un Sistema Nacional de Salud, algo que redunda en que, seamos de la ciudad que seamos, existe obligación de atendernos en cualquier hospital de toda la geografía nacional.
De cualquier modo, en el centro sanitario talaverano se ha mantenido la actividad quirúrgica y las pruebas de forma constante –hasta este momento– pero, dada la situación, es posible que haya que tomar medidas restrictivas, según evolucione la ocupación. En este sentido, los expertos afirman que la variante británica del COVID-19 puede afectar España en mayor medida a partir de febrero o marzo y poner, así, más presión aún en los centros sanitarios, por lo que se prevé que las medidas de restricción, si permanece esa presión, pueden continuar aplicándose en todo el país.
Este punto es defendido por expertos de calado internacional, ya que la autoridad sanitaria, sólo trabaja con hechos consumados y no con futuribles que dependen de muchos factores. Aún así, se eleva la importancia de no bajar la guardia hasta que la vacuna –que ya se está administrando– dé más seguridad a la población con el fin de conseguir la ‘inmunidad de rebaño’ (inmunidad al COVID de un elevado número de personas, por desarrollarla de manera natural o por efecto de la vacuna. Esas personas, que no pueden enfermar, se erigirían como protección hacia la población sana que no está inmunizada. Con un gran número de inmunes, los contagios se reducirían considerablemente y la probabilidad de contraer la enfermedad descendería).