Diez meses de lucha frente a la pandemia del coronavirus está pasando factura a los profesionales de la sanidad de Castilla-La Mancha. UGT CLM alerta de la “fatiga mental” que padecen muchos de ellos, fatiga a la que hay que sumar otros trastornos como el insomnio, la ansiedad, la depresión, dificultades para concentrarse…
Junto al sobreesfuerzo que vienen realizando desde marzo de 2020 y al estrés por vivir en primera fila una crisis sanitaria nunca antes conocida, en estos últimos días también han tenido que afrontar las consecuencias de un temporal igualmente insólito, viéndose obligados a duplicar y hasta triplicar turnos y a atender a un desmesurado número de pacientes tanto de la tercera ola de la Covid-19 como de los traumatismos ocasionados por la nieve y el hielo.
“Los trabajadores están muy sobrecargados”, comentaba Fernando José Peiró, responsable del sector sanitario de la Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos de UGT en Castilla-La Mancha (FeSP UGT CLM), quien además ponía de manifiesto que estos profesionales “vienen respondiendo a una ola tras otra” con el cansancio que ello conlleva.
Peiró destaca que esta situación está afectando a todos los trabajadores de la sanidad castellano-manchega, desde los médicos y enfermeras hasta los auxiliares administrativos, celadores y personal de mantenimiento. “Todos están expuestos del mismo modo y con las mismas secuelas por el exceso de carga laboral”.
Desde FeSP UGT CLM denuncian que la administración autonómica competente en la materia no está evaluando ni haciendo un seguimiento del estado de salud mental de este colectivo; lo único que se ha puesto en marcha ha sido un servicio de apoyo para aquellos que lo demanden.
Dentro del plan diseñado por el Ejecutivo regional, está previsto que la próxima semana comiencen a vacunarse a los profesionales de la sanidad de la comunidad autónoma.
Precisamente ayer miércoles se celebraba el Día Mundial de la Depresión, día en el que la Unión General de Trabajadores aprovechó para recordar que tanto la depresión como los cuadros de ansiedad son problemas de salud mental que afectan, sin ninguna duda, a la capacidad de trabajar.
El estrés laboral, el miedo a perder el trabajo, la inseguridad laboral y una mala organización del trabajo afectan directamente a la salud mental de los trabajadores y generan costes elevados tanto para aquellos que ven perjudicada su salud, como para las empresas debido a las jornadas laborales no trabajadas y para la sanidad pública que debe asumir los costes del tratamiento y rehabilitación.
Un ejemplo muy actual de como el trabajo puede afectar de forma negativa a la salud mental lo encontramos en el personal sanitario, socio sanitario y personal esencial, el cual está sufriendo tasas de depresión y ansiedad mayores a las del resto de la población debido a las situaciones que han vivido en su entorno laboral provocadas por la pandemia de COVID-19.