OPINIÓN

Septiembre y el IVA

Carlos Granda

David Martínez | Miércoles 23 de abril de 2014
Ya es septiembre. Como anunciaba la voz rota y derrotista del genial Josele Santiago en aquel melancólico y luctuoso tema de Los Enemigos que llevaba por título el del noveno mes del calendario, hemos llegado, aunque nos resistíamos a ello, a este melancólico tramo del año.

Si tradicionalmente septiembre ha sido un mes que no ha conseguido despertar las simpatías de nadie, el de 2012 se presenta como uno de los más dolorosos de los últimos años porque llega con una considerable subida del IVA bajo el brazo.

En un país que parece estancado en la desidia de una crisis que a priori ni los más pesimistas pensaban que iba a extenderse tanto en el tiempo, esta nueva medida viene a colocar una nueva piedra en el tortuoso camino de aquellos a los que cuesta llegar a fin de mes obligándoles a abrocharse el cinturón, ya bien prieto, un agujero más. A perro flaco, ya se sabe, todo son pulgas.

El incremento del IVA que entró en vigor el pasado día 1 septiembre hará más cuesta arriba afrontar sus facturas de la luz, agua, teléfono, gas o llenar el depósito del coche. Por lo que, a partir de ahora, será más que recomendable que vaya caminando al supermercado (y de paso podrá ahorrarse la subida en la cuota mensual del gimnasio) para llenar una cesta de la compra que también le costará más monedas llenar.

Desplazarse en transporte público tampoco será una solución si se quiere otorgar una tregua al monedero ya que este impopular gravamen hará que sus desplazamientos en autobús sean también más costosos. Los amantes de la cultura tampoco están a salvo. Si la posibilidad de ver películas en Internet desde casa había perjudicado a unos cines que ya tenían unos precios altos, la subida del IVA deja heridas de muerte a las salas del país. Aún recuerdo aquella época en las que se hacía cola para sacar la entrada y costaba encontrar tres butacas juntas. Qué tiempos aquellos.

Y por no dejar, el nuevo IVA no le dejará ni morirse a gusto. Los servicios funerarios han sufrido un incremento del 8% actual al 21% que, a buen seguro, le invitará a pensárselo dos veces antes de cambiar de barrio. Eso nos pasa por se cada vez más europeos. En todo menos en el nivel de los sueldos claro.


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